05 marzo 2010

Las pintoras

Bueno, tengo que tomarme un tiempo. O sea, que descanso un poco -al menos del blog, que de lo demás creo que no será posible- y vuelvo en un mes más o menos. Pediría a mis amigos y seguidores que me esperen ese tiempo, pero no lo pediré, por una parte, porque estoy segura de que muchos lo harán; por otra, porque sé que otros no lo harán. Para qué entonces. 
Ah, bueno, lo primero, y antes de irme un rato, dejar claro lo de las pintoras.
El primer cuadro era, como dijeron los más avisados, de Sofonisba Anguissola, (1532-1625), una pintora de la corte de Felipe II, aristócrata italiana que llegó a ser discípula de Miguel Ángel y amiga de Vasari. El precioso bodegón de frutas era de Louise Moillon, (1610-1696), y si se pincha en el enlace de su nombre, se encontrará un precioso blog sobre mujeres pintoras, donde se puede encontrar abundante información sobre ella y su pintura. Sí, el tercer cuadro, que en efecto era parte de la portada de "Mixtura", mi libro de relatos, es de Mary Cassatt, (1844-1926), pintora norteamericana, que vivió en París hasta su muerte, muy cercana a los impresionistas, pero no siempre bien recibida entre ellos. Lo de siempre, vamos. El cuarto cuadro, el más difícil de todos, es obra de Norah Gray, (1882-1931), una pintora modernista escocesa, bastante desconocida, de la cual no he podido encontrar datos biográficos, ni en la red ni en libros de pintura. También lo mismo de siempre. Y por último, la autora del precioso quinto óleo era una murciana de nacimiento: Françoise Duparc, (1705-1778). Su padre vino a Murcia a trabajar como escultor y dejó nuestras iglesias la mar de adornadas. Era muy bueno, es cierto, pero tuvo una hija más artista aún que él, conocida en todo el mundo, con museo propio en Marsella. La chica nació en Murcia, cuando su padre tenía taller propio y supongo que le dirían con buen acento murciano: Antonio Dupa(r), y nada más.


Y ahora el momento de la verdad. Abrí este blog cuando era raro abrir uno, en febrero de 2006 y lo tuve un tanto abandonado durante un par de años. Había pocas relaciones blogueras por entonces y el medio resultaba un poco extraño para todos. Un buen día decidí ponerlo en marcha de verdad y comencé a hacer amigos y lectores. De aquellos años no puedo decir cuántas visitas tenía ni ninguna petulancia semejante. Hace un año más o menos, me abrí una cuenta en Google Analytics, por curiosidad, y desde entonces he recibido en mi casa virtual unas veinte mil visitas. No es mucho, para los entendidos en la red, pero no es poco. Veinte mil personas me han honrado con su atención en un año, pero si fueran sólo cinco, o diez, cincuenta o cien, si sólo fueran los que me aprecian y dejan sus comentarios, yo estaría igualmente contenta. He escrito 457 entradas, y comentarios, muchisimos, no encuentro el dato, pero sé que son muchos. Ha llegado el momento de reflexionar, de descansar un poco y pensar si arreglo la casa o me mudo a otra más grande. Lo más importante que me ha ocurrido en estos años de blog ha sido encontrar amigos que de otro modo no habría encontrado, tomarles un gran cariño, seguir sus andanzas a través de su blog, comentar, disentir, enjuiciar -siempre positivamente-, analizar, aprender, encontrar información que no esperaba. Para mí, una maravilla. 
Pues ahora, amigos y amigas, descanso un mes y medio más o menos, y regreso. Si no me borráis de vuestra lista, sabréis cuándo y cómo me decido a regresar. Mientras tanto, mi correo está en mi perfil, y podéis escribirme cuanto queráis. Seguramente no podré dejar de visitaros y dejaros mis comentarios. Entre tanto, mucha suerte, felicidad, paz y armonía. Besicos.