21 agosto 2006

Una vuelta a la prisión

De ahora en adelante me he propuesto viajar más, como decía la Yourcenar, simplemente por conocer las cuatro paredes de la prisión. De momento, como demuestra este mapa que cada uno puede crear en el sitio recomendado, se ve que me he movido en una loseta de la celda. Con lo grande que es el mundo y el poco caso que le hago. Cambiaré, cambiaré. Para octubre, si todo va bien, sorpresa.

Contra la guerra

La guerra de EEUU e Israel contra el Líbano nos ha dejado un verano sangriento y terrorífico. Una vez más los países más militarizados de la tierra, con mayor poder de destrucción, aplican la ley del embudo. Piden el desarme cuando ellos están armados hasta los dientes. En realidad piden el sometimiento, la humillación y la anulación de los otros. Quieren para ellos el control económico absoluto de toda fuente de energía y de todos los recursos del planeta. Quieren estar solos en este mundo. Si los pueblos no consienten en ser exactamente como ellos, serán destruidos. La historia demuestra que no es tan fácil como se planea en sus despachos. Destruyen pero no pueden destruirlo absolutamente todo. Matan niños, ancianos, mujeres y hombres no combatientes. Siembran el dolor, la destrucción, el hambre y la pobreza por donde pasan. Hay muchos testimonios gráficos de todo este horror que aún no ha terminado. Recomiendo esta página bostoniana contra la guerra. También podéis contar ataúdes como el que cuenta ovejas, pero esta vez no vendrá el sueño tranquilizador, sino la pesadilla.

Contar ataúdes

Contra la guerra

Japonés






ESTE ES MI NOMBRE ESCRITO EN JAPONÉS


Si quieres probar a cambiar el tuyo a esta hermosa grafía sigue el enlace:

Nombre en japonés

09 agosto 2006

TARÁS BULBA



Relectura de un clásico en un viejo libro, el mismo ejemplar que leí hace muchos años. Me lleva la curiosidad de saber qué ha cambiado en mí en treinta –el libro es del año 74 del siglo pasado– y lo cierto es que descubro que los cambios han sido drásticos. Sé mucho más de narrativa, veo claramente los aspectos técnicos, analizo sobre la marcha los aspectos ideológicos, las impresiones plásticas, la poesía escondida tras una escena o las palabras de un personaje. La impresión general que saco es que se trata de un relato extremadamente violento, con la violencia ingenua e inconsciente de los niños y de los pueblos primitivos, que tiene su encanto épico. Al mismo tiempo, reconozco en la historia la base fundamental de la violencia: la defensa y conquista del territorio en sentido lato, en cuanto representa la propia identidad, construida sobre unos cuantos principios sencillos de comprender y viscerales: la amenaza del “otro”. Los cosacos se sienten amenazados por los polacos sin un motivo real y presente. Atacan porque les han llegado noticias de que la religión ortodoxa está siendo humillada por los polacos católicos. Ellos se consideran los “cristianos”, como si los otros no lo fueran. Un profundo antisemitismo recorre el libro. Tres grupos son los “otros” en toda la historia: la mujer, el judío, el polaco. El polaco es el potencial enemigo porque constituye un grupo de mayor civilización, refinamiento y, por tanto, pérdida de la vida salvaje, libre y violenta de los cosacos; contra éste enemigo se lanza el ataque. El judío representa la inteligencia y la habilidad para hacer dinero y para salir de atolladeros por medio del ingenio; no son enemigos en cuanto están aceptados como grupo marginal, como chivo expiatorio y sector social en el que se puede descargar la violencia física y psíquica en cualquier momento. La mujer es, como en todo sistema patriarcal, de dos categorías: la madre, que no tiene más destino que sufrir las inclemencias de los varones –un momento dramático es cuando Tarás lleva a sus dos hijos adolescentes a la guerra a pesar del dolor de la madre– y, por otra parte, la mujer joven y hermosa, la mujer fatal, cuyos encantos arrastran a los hombres a la muerte y al deshonor, como en el caso de Andrés, enamorado de una bella polaca por cuya causa traiciona a los suyos.
La historia sigue teniendo al fondo de todo el mismo encanto primitivo que tenía hace treinta años.

Duque de Saint-Simon. Retratos de Cortesanas de sus Memorias


UNA RELECTURA
En verano da gusto hacerlo, sobre todo de obras leídas hace mucho tiempo o de obras menores o marginales. Las grandes relecturas –la Iliada, por ejemplo, el Quijote o La Celestina– las dejo siempre para el invierno.
Este libro es del 85, con lo cual lo leí hace unos veinte años. En este no percibo tanto los cambios en mí misma, pues sigo teniendo la misma percepción de la lectura. Quizás me admiro más de las estrategias femeninas para vivir en un mundo de política masculina y quizás también me sorprende el poder que llegan a adquirir ciertas mujeres precisamente utilizando las armas que les da su género. Es un libro entretenido, lleno de intrigas y de recovecos genealógicos. Un retrato de la corte de Luis XIV muy elocuente. Cuando se termina de leer, aparte de una sonrisa irónica y melancólica, queda la sensación de que era urgente una buena revolución y gente ilustrada.

07 agosto 2006

Ingeborg Bachman


Para mí un libro agobiante y exasperante, turbio. Es cierto que no he podido dejarlo arrinconado, pero también que me costaba mucho volver a él después de un descanso de lectura. Por lo que he colegido de ciertas lecturas, supongo que debe de ser esta autora mejor poeta que narradora, pero no puedo decirlo del todo porque no he leído su poesía. Esta novela me parece confusa y, ya lo he dicho, turbia.
Para más información, sigan el enlace:

Ingeborg Bachman

A céntimo el muerto




Este libro de Dashiel Hammet, que ni sé ahora mismo si lo he escrito bien, ya que corté el nombre del autor de la imagen por pura torpeza, sirve también para leerlo bajo un árbol, a la sombra plácida de una acacia, por ejemplo, en las horas muertas del calor, y dormitar cuando empiece el tiroteo más salvaje. Para desengrasar y distraerse entre otros libros con más enjundia. Cada muerto que aparece en la novelilla sale a un céntimo más o menos. Lo mejor del libro el juego de corrupción lingüística (Personville-Poisonville) y el juego de corrupción social en el que se mueve toda la historia.

Leyendo a la sombra


Soy una lectora impenitente, pero en verano aún más; parece que recupero la voracidad de la adolescencia y, como en aquellos tiempos, leo a destajo las cosas más variadas. Me dejo llevar por el gusto o el interés del momento sin más reflexiones, e incluso por circunstancias en las que yo no elijo la lectura, sino que la lectura me sale al paso. Así me ha ocurrido con alguno de los libros de este verano. Como con el que reseño a continuación, que es un regalo apreciadísimo.
"Una mujer en Berlín" lo publica la editorial Anagrama en Panorama de Narrativas. Ha sido un regalo de mi hermano José, un regalo que siempre le agradeceré. Se trata del diario de una mujer alemana en los dos meses de asedio a Berlín por los rusos y la entrada de las tropas soviéticas en la capital destruida. La autora, que parece ser que ya ha muerto, quiso que su nombre se ocultara, por motivos personales muy comprensibles. Como el editor lo sabe e incluso la ha conocido personalmente, algún día se sabrá el nombre de esta mujer culta, objetiva y fría que relata con extraordinaria valentía la degradación de la ciudad convertida en ruinas y de sus habitantes. Rescató el manuscrito para su edición por primera vez Kurt W. Marek, más conocido por su seudónimo C.W. Ceram, bajo el que publicó un éxito de ventas, “Dioses, tumbas y sabios”, de divulgación arqueológica.

Yo diría que es un libro convulso, vibrante y estremecedor, que no da tregua a quien lo lea y que habla de los seres humanos individuales y de los pueblos, de la crueldad y la violencia, con la mayor distancia. Nos retrata mujeres sobreviviendo a toda costa, luchando por seguir vivas un día más, por tener agua sucia para lavarse un día más, por conseguir una patata o un poco de azúcar para comer algo un día más. Y de la distancia entre estas mujeres y sus hombres paralizados por la humillación, hundidos y desconcertados. De la incomprensión de los hombres hacia las mujeres. De la violencia sexual de los vencedores, inseparable de la violencia extrema que la guerra ya es de por sí. El punto culminante es el momento en que la narradora se pregunta si se ha convertido en una prostituta. Y la respuesta es sí, cuando se analiza la situación fríamente. Entonces sabemos en qué casos la mujer se convierte en prostituta y debido a qué principios patriarcales. La hija, la mujer, la hermana del vencido es siempre una mujer no filiada, una mujer sin dueño, una mujer disponible, una prostituta. La victoria lleva aparejada el uso de las mujeres de los vencidos, porque es una forma de humillación patriarcal.