14 noviembre 2008

¿Asistirías a una ejecución pública?


Pienso que cuando un ser humano asiste a un acto cualquiera, consagra con su presencia la validez ética de tal acto. Por eso no asisto a corridas de toros, por ejemplo, ni por curiosidad, ni por acompañar a un extranjero, ni por ninguna razón más o menos plausible.

A Dostoievski lo iban a fusilar y a última hora, con los ojos ya vendados, apareció un soldado con el indulto del zar. Él ya era epiléptico de antes, pero creo que su equilibrio al borde del abismo le cambió la vida y el pensamiento por completo.

Apaleamiento, ahorcamiento, decapitación, por hacha o por guillotina, lapidación, empalamiento, electrocutamiento, descuartizamiento, tormento y ejecución de los cien tajos, evisceración, envenenamiento por inyección letal, fusilamiento... No hay ninguna forma humana de ejecución, pues lo terrible no es la forma, sino el signficado. Y como dice Amnistia Internacional, "Matar es matar".

Así lo explica Dostoievski. Os dejo el texto, tomado del extracto de Amnistía en Cataluña. La foto la he cogido de una página que ahora no recuerdo. El grabado es terrible. Al final, la pregunta.

-¿Y allí existe la pena de muerte?
-Sí, yo lo vi en Francia, en Lyon. Schneider me llevó con él.
-¿Los cuelgan del cuello?
-No, en Francia les cortan el cuello.

[...]

-¡Naturalmente! ¡Naturalmente! ¡Un suplicio como este! El condenado era un hombre inteligente, sereno fuerte, entrado en años, de apellido Legros. Y lo que le digo a usted, créalo o no, es que lloraba cuando subía al patíbulo y estaba blanco como el papel. ¿Es posible tal cosa? ¿No es eso horrible? A ver, ¿quién llora de terror? Yo nunca hubiera creído que un hombre hecho y derecho pudiera llorar de terror; y no digo un niño, sino un hombre que nunca antes había llorado, un hombre de cuarenta y cinco años. ¿Qué le sucede en ese momento al alma?¿A qué convulsiones llega? ¡Es un insulto al alma, ni más ni menos! Está escrito: "No matarás". ¿Quiere eso decir que porque ha matado hay que matarle a él? No; eso no está permitido. Hace ya un mes que lo vi y es como si lo tuviera delante de los ojos. He soñado con ello cinco veces.

[...]

-Lo bueno es que apenas se sufre cuando la cabeza sale volando.
-¿Sabe usted? -prosiguió el príncipe acalorado- acaba usted de hacer ese comentario y hay mucha gente que piensa lo mismo que usted, por esto se ha inventado la máquina, la guillotina. Pero a mí se me ha ocurrido una idea: ¿y si eso es peor todavía? Eso le parecerá a usted ridículo, absurdo, y sin embargo con un poco de imaginación puede ocurrírsele a uno esa idea. Piense usted, por ejemplo, en el tormento. En él hay dolor físico, heridas, tortura corporal, y todo eso desvía al espíritu del sufrimiento espiritual, de modo que se sufre solo de las heridas hasta el instante mismo de la muerte. Ahora bien, el dolor principal, el más agudo, puede que resulte no de las heridas, sino del hecho seguro de que dentro de una hora , luego dentro de diez minutos, luego dentro de medio minuto, luego ahora mismo, tu alma saldrá volando de tu cuerpo, y ya no serás un ser humano, y que todo eso es cierto. En el momento en que pones la cabeza bajo la cuchilla y oyes cómo se desliza hacia tu cabeza, ese cuarto de segundo es el más horrible. Tenga usted en cuenta que eso no es sólo mi imaginación, que otras muchas personas han dicho lo mismo. Y lo creo tanto que voy a decirle a usted cuál es mi opinión. Matar a quien ha cometido un asesinato es un castigo incomparablemente peor que el asesinato mismo. El asesinato a consecuencia de una sentencia es infinitamente peor que el asesinato cometido por un bandido. Un hombre que es asesinado por unos bandidos de noche, en un bosque, o algo por el estilo, tiene hasta el último momento la esperanza de salvarse. Ha habido casos en que a un hombre a quien le han cortado el cuello tiene esperanzas todavía, o sale corriendo, o pide que se apiaden de él. Pero en este otro caso, por el contrario, esa última esperanza, que permite que la muerte sea diez veces menos penosa, es eliminada con toda certeza: la sentencia está ahí, y la horrible tortura está en que sabes con certeza que no te escaparás, y no hay en este mundo tortura más grande que esa. Lleve a un soldado a una batalla, póngale delante de un cañón y dispare, él seguirá teniendo esperanza; pero si a ese mismo soldado se le lee una sentencia de muerte cierta, se volverá loco o romperá a llorar. ¿Quién dice que la naturaleza humana puede soportar esto sin perder la razón? ¿A qué viene tamaña afrenta, cruel, obscena, innecesaria e inútil? Quizá exista un hombre a quien se le ha leido una sentencia de muerte, se le ha dado tiempo para meditar esa tortura y se le ha dicho de pronto: ¡Hala, vete, se te perdona! Quizá un hombre como ése pueda hablar de ello. De una tortura y de un horror como ése habló Cristo. ¡No, no se debe tratar a un hombre de ese modo!


¿ASISTIRÍAS A UNA EJECUCIÓN PÚBLICA

SI TUVIERAS OPORTUNIDAD?

23 comentarios:

Fernando Manero dijo...

Asistiría para evitarla, si pudiera, si existiese el más mínimo resquicio de que se puede impedir, si el clamor popular hiciera reconsiderar esa monstruosidad. ¿Es posible que aún siga existiendo la pena de muerte?. Asistir, siempre. Sí asistiría, para gritar, para protestar, para luchar. Jamás me sería indiferente algo sí.

Oshimatoti dijo...

Llevo 15 minutos disfrutando al leer tu página, que, como siempre me lleva a tocar las teclas más reivindicativas de mi alma...
No asistiría, porque siempre he sido persona de gestos:cuando doy la mano me estoy dando, pero si no la doy es por algo. Si firmo algo, he de haberlo leído TODO, porque mi rúbrica es importante para mí ya que con ella asumo mis responsabilidades, ulteriormente, sea para bien o para mal...
De forma que nunca prestaria apoyo, ni fáctico ni tácito a un acto que no comparto.
Si bien respeto a la gente que necesita reclamar la pena de muerte bajo excusas, atroces todas ellaas, no me puedo imaginar peores sensaciones que las que nos transmite nuestro bien amado Voltaire en las palabras que compartes con nosotros.

Es en estos temas en los que la gente suele desvelarse como hipócritas, por cierto...

Joselu dijo...

No asistiría. Sin embargo en los países donde ha habido pena de muerte era un espectáculo apreciado por las masas de ciudadanos que veían la ejecución como un hecho fascinante. Contemplar lo que dice Dostoievski, el instante en que se separa el alma del cuerpo. El momento y los instantes previos. Es terrible pero es atractivo. Les planteé esta pregunta a mis alumnos y la inmensa mayoría dijeron que les gustaría verla. Cuando ejecutaron a Sadam Hussein, los periódicos digitales echaban humo porque se grabaron sus últimos momentos en la horca. En China e Irán son espectáculos multitudinarios. O sea que entusiastas hay muchos y espectadores potenciales también. Galdós cuenta también que vio una ejecución y su imagen se le quedó grabada para el resto de su vida. Aparece varias veces en sus novelas con la misma censura y horror que le producía a Dostoievski que lo vivió en carne propia. Un cordial saludo.

Sarashina dijo...

Es algo que no se me había ocurrido, Fernando, asistir para impedirla, quizás porque sé que donde se ejecutan penas de muerte, en muchos países, algunos presuntamente civilizados, no sería posible impedirla.
Estaba yo en una red contra la pena de muerte de AI y me enviaban casos para escribir a las autoridades del país; lo hacía siempre. A veces me llegaba la noticia de que se habia vuelto atrás de la ejecución, y me sentía muy bien, pero a veces, un seco correo electrónico, me advertía de que ya no hiciera nada más y me daban las gracias. Ese día era negro para mí. Perdí el contacto, pero volveré a ello. AI ha conseguido moratorias en varios países, creo que merece la pena ayudarles.

Yo, Joselu y Oshimatoti, tampoco asistiría, ya lo he dicho en la entrada. A un antepasado mío, hijo de una tía bisabuela mía, lo llevaron a una ejecución siendo niño, por garrote vil. El crío se murió dos meses después y era dicho en la familia que había enfermado de la impresión. No sé qué habrá de verdad en ello.
La pena de muerte es un horror más de la crueldad humana. Hay que luchar por su abolición.

Anónimo dijo...

Tremenda pregunta, no, no asistiría, a no ser que el sentenciado fuera alguien conocido y me lo pidiera. No asistiría, pero podría quedarme a la puerta en señal de protesta.

supersalvajuan dijo...

De Robespierre a Luis XVI. Me acuerdo de que cuando vi "Pena de muerte" de Tim Robbins tuve que cerrar los ojos más de una vez. No, seguro que no asistiría. Soy un cobarde, un piltrafilla.

Celeste dijo...

Llego a tu blog enlazando desde otra Clares...este mundo es un pequeño pañuelo de mocos jajajaja
Me gusta tu blog, me lo pongo en Amigos, para volver de vez en cuando.
Y justo llego cuando citas a Dostoievski!!! Que bueno.

A tu pregunta contesto como gallega coja y plateo otra:
No asistimos constantemente a ejecuciones públicas (Sentados en nuestro sofá, todos cómodos y preparados para el espectáculo) dando audiencia a programas como "La noria" por citar uno que recuerdo y algún otro de mismo patíbulo?

Saludos. Nos vemos!

Mal bicho dijo...

celeste tiene razón. A diario vemos ejecuciones públicas. Nos ponen en las noticias imágenes de subsaharianos muertos en las playas, eso si, no saquemos victimas de Barajas ( total, son "negritos de mierda" ). Vemos también a diario como tanques israelies entran en Gaza arrasando con todo, o muertos en el atentado del día en Irak.
Es mas, no solo creo que seamos meros espectadores, ya que el "primer mundo" es el principal culpable de los males del resto, y lo peor es que nosotros no hacemos nada, estamos demasiado ocupados pagando la hipoteca y quejándonos de la crisis.

Pilar M Clares dijo...

Yo no rotundamente, haría lo posible por evitarla, todo. Nunca estaré a favor de la pena de muerte,es de esas cosas que no quiero ni plantearme.
Y lo que dice Celeste --hoooola amiga--, sabio. Asistimos a más ejecuciones de las que dan las estadísticas, incluso en nuestra misma calle.

Besicos

Mameluco dijo...

Yo ni loco. A no ser que fuera el ajusticiado, por H o por B...

Matar a la gente es algo que se ha estilado siempre.
Nadie puede parar a China, por ejemplo, en su vorágine. Y en los USA, cualquiera les dice algo. Con una opinión pública dividida, allí donde el gobernador mata más, se termina siendo presidente como G.W.

Yo soy, como tantas veces, pesimista al respecto. Sesgar la vida me parece la atrocidad más grande del mundo, pero hay personas que lo hacen de forma automática. Es la eterna cuestión de la violencia estatal.
¿Hasta que punto puede llegar? A mi tener a alguien encerrado entre cuatro paredes 30 años me parece una crueldad... Y a otros les parece poco. Piden el paredón. No sé. La gente pide sangre. A la gente le gusta ver que la justicia es ejercida.

A mi las leyes, me la soplan. Son cosas hechas por los hombres, y por lo tanto, llenas de fallos.

Sarashina dijo...

Hola, amigos y amigas. Acabo de volver de la capital, con la mente llena de buenas ideas y muy contenta de haberme encontrado mujeres tan activas, serenas y lúcidas.

Si hice esta entrada en el blog fue porque para mi la repulsa a la pena de muerte es algo poco intelectual, absolutamente visceral. Me pasó como a supersalvajuan en la peli de Tim Robbins, no podía soportarlo; yo soy cobarde, también, pero sobre todo me indigno y me hierve la sangre de impotencia ante estas cosas. Ahora creo que soy un poco más dura, pero a eso jamás asistiría, pues para mí sería como certificar y bendecir con mi presencia una de las acciones más horrorosas que ha podido inventar el ser humano.
Si estuviera en mi mano, o en las manos de gente con mi misma repulsión, trataría de impedirlo. De hecho, he estado en redes contra la pena de muerte, y creo que se va haciendo una labor lenta pero constante en el mundo, desde organizaciones como Ai, por ejemplo.
Que se sea pesimista, como Mameluco, no puede impedir ser activista en contra. Es como decir, ya sé de las dificultades y casi imposibilidades, pero por mí que no quede.
Y es verdad que asistimos todos los días a ejecuciones públicas, pero hay dos cosas que matizar. No asistimos, directamente, por nuestra voluntad y con presencia física inmediata. Nos lo dan en los medios de comunicación. Es igualmente espantoso, pero es así, mediatizado. Las soluciones a esas "ejecuciones" son estructurales; también el activismo puede ayudar, pero es algo mucho más lento y problemático. Y la otra es que la muerte por ejecución legal es el horror de la seguridad, lo que cuenta Dostoievski, el conocer el término preciso de la vida, no la muerte en sí misma.

Anónimo dijo...

Yo estoy en el grupo de los que no asistiría; por cierto, al final se ha mencionado a Cristo y no he posido por menos de acordarme que "su reino en la tierra", es decir El Vaticano, no abolión la pena de merte como Estado hasta 1969 y que la ´ltima vez que la aplicó fue en 1868. Curioso ¿no?

Impactante entrada Fuensanta, gracias por ella.

Sarashina dijo...

Ernesto, es que el reino celestial de la iglesia, además de terrenal es absolutamente interesado, material y concretísimo. Han seguido los mismos cauces o peores que otros muchos reinos terrenales. En fin... Es lo que hay.
Un abrazo

Mujer del traje gris dijo...

no definitivamente, aunque fuera del peor asesino del mundo.
Un gusto conocer tu blog.
Nos estamos leyendo.

Mameluco dijo...

¿Pero como se es activista en contra de la brutalidad de un sistema?
No llego a entender eso. Me parece una buena intención, pero ¿como para uno las ejecuciones en China? ¿o en Arabia Saudí? ¿Gritando por la calle? ¿Mandando cartas de Amnistía Internacional como hacíamos antes y ahora por correo electrónico?
La indignación ni las manifestaciones no valen para nada. ETA se ha pasado por el forro eso siempre, cuanto más un estado soberano. Solo cambian las leyes cuando les conviene, como ha pasado en Turquía (me conviene económicamente y no matamos a nadie). Si es en España y hay gente que pide la pena de muerte hoy en día.

Ya sabe usted Fuensanta que debajo de los adoquines no está la playa (está el sedimento o terreno que toque), y ser realistas no es pedir lo imposible. Ser realista, por desgracia, es darse cuenta que el mundo, y valga la redundancia, esta dirigido por unos desgraciaos.

Me estoy dando cuenta que soy un portador de mal rollo por donde quiera que voy...
Alguien tiene que hacer de abogado del diablo.

Sarashina dijo...

no, hombre, Mameluco, no eres portador de mal rollo. Si fuera así estarías en un cuarto de baño, por decirlo fino, y no en este blog. Eres el pepito grillo, la voz que contrapesa. Ya sabes que yo soy una entusiasta, a pesar de todo. No vamos a parar las ejecuciones en China, de momento, pero esas cartas que se mandaban o esos correos dicen a los desgraciados que hay muchas voces que no están conformes, y de algún modo pueden infuir. Lentamente, pero pueden influir. Mira el mapa interactivo de AI; no es el mismo de hace una década. No es mañana ni pasado. Y de todos modos, si una vida, una sola, se salva por presión internacional, ya es mucho. No acabamos con ETA con manifestaciones, pero mira cómo está ahora y cómo estaba hace unos años tan solo. Bueno, no te voy a convencer, pero yo voy a seguir haciendo estas cosas, sin gran fe, pero con constancia.

Mujer del traje gris, un placer encontrarte en mi blog. Me paso por el tuyo cuando tenga un momento de tranquilidad y nos leemos. Saludos.

La del Planeta dijo...

Yo también soy del grupo del que no asistiría a una ejecución ni atada por la guardia civil, bueno, espero no verme en ese caso, mucho habríamos retrocedido.
Como vosotros/as estoy totalmente en contra de la pena de muerte y se me revuelve todo cuando oigo a gente, y lo penoso es que se oye a gente, reclamándola cuando salta la noticia de algún crimen.
Al leer a Dostoievski se te vienen a la cabeza la imagen del corredor de la verguenza americana. Aunque ya sabemos que no es el único.
Saludos.

PMM dijo...

Pues creo que yo no asistiría. Además de porque no lo soportaría, porque no respaldaría con mi presencia la justificación de la publicidad de este tipo de actos.

alfonso dijo...

como casi todos yo no acudiria a una ejecucion
no podria soportar ese momento, aunque a veces , ante individuos que cometen atrocidades, si se escapa algun comentario que reclama un acto de barbarie

Sarashina dijo...

La del planeta, la gente menos reflexiva o más influida por determinadas ideologías, reclama a veces la pena de muerte, como dice Alfonso, se escapa un reclamo a la barbarie, y es que es eso. Tenemos que tener en cuenta que el hecho de la pena de muerte no es algo propio de la naturaleza, que no cuenta con esas cosas, sino una elaboración primitiva cultural, o sea, una construcción humana. También lo es el abolicionismo, el estar contra la pena de muerte, pero una construcción avanzada, humana, pues cuanto menos en el origen se está más humano se es. Lo que se tiene que hacer es someter toda construcción a reflexión y revisión, y rechazar aquellas que vayan contra la vida. Asi que es normal lo que dice Alfonso, que hay un impulso básico a reclamar.
PMM, como siempre, de acuerdo contigo.

Ramón de Mielina dijo...

Hoy en día no lo haría. Pero quién sabe, si viviera en la Edad Media lo mismo sí... y gritaría "que le ahorquen" :-) Pero no hoy, desde luego.
El morbo es intrínseco al ser humano supongo. No iríamos casi ninguno pero todos vimos el vídeo de Sadam. La contradicción también es cosa humana...
Gracias por la visita!!! Bonito blog!! :-)

Sarashina dijo...

Ramón, bienvenido a mi blog. Lo que tú dices afirma lo que yo digo de que es una construcción cultural, y que por lo tanto depende de razones históricas. Sin embargo, a veces pienso que habría gente en esas épocas que mirarían a otro lado, que no querrían que aquello estuviera ocurriendo.
Y yo no vi el video de Sadam, porque no, por las mismas razones que aquí expongo. Huia de la tele como del demonio y si se veía venir la cosa, me iba a otra habitación. No era cobardía en ese caso, eran principios.

Atenea dijo...

Vaya tema Clares, si que se puede generar todo un debate al respecto :). La verdad que yo no estoy deacuerdo con la pena de muerte para NADIE (aunque esa persona haya hecho algo muy muy terrible) ... creo que para alguien que cometió un delito el peor castigo puede ser vivir sin libertad, en cambio con la muerte ya podria descansar y listo. La verdad que yo tampoco podría asistir a una ejecución pública, creo que no resistiría presenciar un hecho semejante.

Un besito!