Debo de tener una inclinación secreta, que ya no va a serlo a partir de este escrito, para que me guste tanto este cantante catalán. Me encanta el lado más bestia de la vida. Una tendencia un poco canalla, un gusto por lo suburbial y lo tremendo.
Debo suponer que muchos de los que leen este escrito no compartirán mi gusto. No es Albert Plá fácil de digerir. A veces resulta muy polémico y hasta su casa discográfica ha dudado en alguna ocasión de grabar ciertas canciones. Asistí una vez a un concierto en directo en el que pude ver las caras de consternación de público muy joven y de ciertas tendencias urbanas poco aceptadas, ante una canción en la que, a mi parecer, hay que darle mucho al coco para dejar a un lado el valor connotativo del lenguaje y entrar a la verdadera intención de la letra.
Debo también advertir que hay que estar muy libre de prejuicios y tener mucho sentido del humor para tragar con su imagen, que a mí me enternece y me alegra. Es feo de remate y suele presentarse con nulo encanto indumentario.
Pero me pasa como a la estudiante del olor agradable del amoníaco, que a mí me gusta.
Agradecimientos a Sancho, que me ha regalado la discografía completa de Albert Plá. Y a María y a Jesús, que me lo descubrieron.
Editando, editando... ¿Me soye? Una recomendación. Si alguien no está demasiado cansado que se vaya para el blog Artículos, que también es mío, que hay un cuentecillo de menos de diez líneas, que a lo mejor le gusta. Para literatos y aficionados a la ficción.
Debo suponer que muchos de los que leen este escrito no compartirán mi gusto. No es Albert Plá fácil de digerir. A veces resulta muy polémico y hasta su casa discográfica ha dudado en alguna ocasión de grabar ciertas canciones. Asistí una vez a un concierto en directo en el que pude ver las caras de consternación de público muy joven y de ciertas tendencias urbanas poco aceptadas, ante una canción en la que, a mi parecer, hay que darle mucho al coco para dejar a un lado el valor connotativo del lenguaje y entrar a la verdadera intención de la letra.
Debo también advertir que hay que estar muy libre de prejuicios y tener mucho sentido del humor para tragar con su imagen, que a mí me enternece y me alegra. Es feo de remate y suele presentarse con nulo encanto indumentario.
Pero me pasa como a la estudiante del olor agradable del amoníaco, que a mí me gusta.
Agradecimientos a Sancho, que me ha regalado la discografía completa de Albert Plá. Y a María y a Jesús, que me lo descubrieron.
Editando, editando... ¿Me soye? Una recomendación. Si alguien no está demasiado cansado que se vaya para el blog Artículos, que también es mío, que hay un cuentecillo de menos de diez líneas, que a lo mejor le gusta. Para literatos y aficionados a la ficción.