Kinkakuji. Vista nocturna
Foto de Akisura Shibata
Una buena amiga, muy querida para mí, me ha regalado una carpetilla con estas preciosas fotos del Pabellón de Oro, en Japón. Sabe que me gusta muchísimo esta cultura oriental.
Mira qu'etá lejo Japón.
Vista panorámica de Kinkajuki-in
Foto de Akisura Shibata
Mi amiga es una incansable viajera. Se lo puede permitir. Incluso ir a Japón, que mira qu'etá lejos.
Segundo piso. Estatuas de los cuatro reyes celestiales.
Foto de Akisura Shibata
A mí me gustaría mucho ir a Japón, desde luego, pero a lo mejor no me lo puedo permitir. ¿O sí? Es cuestión de hacer un esfuerzo. Puede que un año de estos lo haga.
Takigi Noh
Foto de Akisura Shibata
Esto, quizás, es lo que más me gustaría ver en el Japón, un espectáculo nocturno de teatro Noh, en el Pabellón de Oro. Después de leer las Seis piezas Noh de Yukío Mishima y de enterarme muy bien de qué va esta forma tradicional de teatro japonés, es algo fascinante para mí.
Tercer piso. Vista interior.
Foto de Akisura Shibata
Si me atreviera a subirme en un avión para un viaje tan largo, podría ver este maravilloso reflejo en el suelo del tercer piso del Pabellón de Oro. Y al escribir "Pabellón de Oro", me acuerdo otra vez de mi querido y terrible Mishima. Hubo un tiempo en que me dejó atónita con la novela que lleva precisamente ese título: "El pabellón de oro", y después con otras muchas más.
Primer piso. estatuas de Buda Amitaba
y del Shogun Ashikaga Yoshimita.
Foto de Akisura Shibata
También podría leer haikus después de ver a este precioso Buda Amitaba y el muy digno Shogun Ashikaga Yoshimita, inspirada por la impermanencia del ser, que decía Genji, en la novela de Murasaki Shikibu, "Genji Monogatari".
Segundo piso. Tapiz mural
Foto de Akisura Shibata
Una delicadeza de tapiz mural. Que en Japón no van a poner cualquier cosa en las paredes. Faltaba más, con lo finos que ellos son y lo lejos qu'etá Japón.
(¡Subir en un avión, qué miedo!)
Tercer piso. Vista interior
Foto de Akisura Shibata
A través de las ventanas del tercer piso se ven esos delicados árboles del jardín, en rojos, marrones, verdes. Es la misma imagen que se puede tener leyendo un haiku de Basho.
(¿Me subo al avión o no me subo? ¿Me gasto los pelos en un viaje al haiku, al teatro Noh, a Murasaki Shikibu y a Mishima, o me quedo en mi casa, mirando el jardín de Floridablanca, con los libros correspondientes en las manos?)
Aquí el consejo de "No me pises que llevo chanclas"
No es Ceuta lo más lejos que he ido, pero es que Japón... Mira qu'etá lejos Japón.