13 octubre 2009

Artemisia Gentileschi



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Artemisia Gentileschi

(1593-1653)

Artemisia Gentileschi es considerada la primera artista plástica conocida que vivió de su pintura; por ello ha encontrado su lugar en la Historia del Arte, a pesar de la dificultad que ha supuesto para las mujeres a lo largo de los siglos. Con anterioridad hubo otras mujeres pintoras, como Sofonisba Anguissola (que pintó en España, por cierto) y Lavinia Fontana en el S. XVI, y se sabe igualmente de la existencia de mujeres pintoras en la Grecia clásica, como Helena la Egipcia, pero en todos los casos actuaban más como artistas circunstanciales y no como profesionales que vivían de este trabajo. No es éste el caso de Artemisia Gentileschi, que pudo ganarse la vida con su trabajo artístico y recibió encargos en igualdad de condiciones con los hombres pintores de su época.

Artemisia nació en Roma y era hija del pintor Orazio Gentileschi. Su padre se mostró dispuesto a enseñar a su hija el oficio sin importarle su condición de mujer; recibió de él una formación sólida y completa. Como seguidor de Caravaggio, hizo también de su hija Artemisia seguidora de este pintor barroco, de modo que se verá influenciada por la obra del maestro tenebrista, si bien en ella este estilo toma otros matices y otros significados.

Fue su mismo padre quien la animó a recibir enseñanzas del pintor Agostino Tassi, amigo y colaborador suyo. Pero precisamente esta relación marcará negativamente su vida, pues cuando Artemisia sólo contaba 19 años su propio padre denunció a Tomassi por violar a su hija. Esta denuncia no resolvió el problema -tras una denuncia se solía arreglar un matrimonio de reparación, o sea, se casaba a la chica con el violador-, sino que el asunto fue a parar a los tribunales, donde Artemisia fue incluso torturada para confirmar su denuncia.Solía ocurrir que las mujeres que acusaban a un hombre de una violación eran sometidas a tortura para comprobar que decían la verdad, lo cual era una estupenda medida disuasoria de la denuncia. Finalmente su maestro fue condenado a un año de prisión y al exilio, pero el asunto afectó profundamente a Artemisia, que para huir de aquella situación al poco tiempo decidió casarse con un rico florentino, pues la violación tenía como única reparación social el matrimonio o el convento.

No dejó de pintar por ello, siempre animada por su padre y por su fuerte personalidad creativa. Su estilo siguió la línea marcada por la influencia de Caravaggio, de la que el mejor ejemplo es el magnífico cuadro de Judith decapitando a Holofornes, en el que algunos especialistas han querido ver una muestra del resarcimiento contra el sexo masculino después de la humillación que había vivido.

El resto de su vida siguió pintando realizando importantes encargos en Roma, Nápoles, Génova e incluso en Inglaterra, adonde acudió para ayudar a su padre en la tarea de pintar los techos de la Casa de la Reina en Greenwich. En Inglaterra permaneció algún tiempo, incluso después de la muerte de su padre, hasta que finalmente regresó a Nápoles, donde moriría a los sesenta años.

Su obra es abundante, pero entre sus pinturas más destacadas habría que señalar “Susana y los viejos” de 1610, conservado en la Colección Schönborn, en Pommersfelden: Judith decapitando a Holofernes” realizada entre el 1614 y el 1620, y que puede contemplarse en la galería de los Uffizi en Florenci, y su famosa Alegoría de la pintura” de entre 1620 y 1630, conservada en el Museo de Tessé. Le Mans, en la que ella misma se autorretrata en actitud de pintar, aunque en una postura forzada que da al cuadro un carácter más teatral y exaltado, típicamente barroco.


He traído aquí la biografía de esta sorprendente artista porque leí hace poco un impresionante libro, una exquisita novela, una de los relatos más sensibles que he leído en mi vida. Su autora, Anna Banti, cuyo nombre es seudónimo de Lucia Lopresti, escribió este libro antes de la Segunda Guerra Mundial y perdió su manuscrito en el bombardeo de Florencia, con lo cual, acabada la guerra, se vio obligada a reconstruirlo, pero en ese momento incluyó en el relato su desoladora visión de lo que había visto en aquellos trágicos momentos. La conjunción de la vida de Artemisia, con todos sus tintes dramáticos, y el dolor de la escritora por la guerra, forman un delicado tapiz femenino. Artemisia Gentileschi era una desconocida, o al menos una olvidada, hasta que fue rescatada para la historia del Arte por Longhi, el gran especialista en arte barroco, casado con la que se llamaría para las letras Anna Banti. Merece la pena ver la pintura de Artemisia y merece la pena este precioso homenaje a su arte y a su valentía.

En la galería de los Uffizi me la encontré hace dos años y leí este libro con el gran placer de una recuperación, para mi historia personal y para la historia oculta de las mujeres de todo el mundo y de muchos siglos.


27 comentarios:

Leandro dijo...

Algo me he perdido. ¿Orazio Gentileschi no era su padre? ¿Cómo puede su padre denunciar a Orazio? Da un poco de miedo el gesto de esas dos mujeres decapitadoras, sí.

supersalvajuan dijo...

Los Uffizi, menuda familia.

Sarashina dijo...

Sí que da miedo el cuadro, pero verás que es una pintura espléndida, a la altura de cualquier maestro barroco. Por otra parte, más miedo pasó ella con el bandido de Tassi y con los jueces que la torturaron, así que el miedo que se pase con su cuadro es sólo representativo.

Salva, los Uffizi no son una familia, sino el nombre de un palacio donde los Médici tenían sus oficinas. De ahí lo de los Uffizi, oficina. Ahora que si estabas de cachondeo, eso es otra cosa. Nos reímos juntos. Y si no también, que un despiste lo tiene cualquiera.

Matapollos dijo...

He leído el libro y, es cierto, más miedo que el cuadro da todo lo que tuvo que sobrellevar esta mujer.
Artemisia Gentileschi supo canalizarlo por medio de la pintura y con la fortaleza que fue sacando de su interior.
Narradora y protagonista unidas por un aire barroco de luchas y guerras que se repiten...
Preciosa y redonda novela.

A79 dijo...

Aunque se han producido tantísimas injusticias contra las mujeres y a lo largo de la humanidad, aún nos sorprendemos de casos como el de Artemisia. Un reflejo de la especial crueldad de aquella época. Incluso la pintura, es un espejo de ello, para la posteridad.

Lo más preocupante es que, pasados 400 años, aún exista tanta discriminación en el mundo de las artes, en las cuestiones laborales, domésticas, etc.

De hecho, ¿ cuántas mujeres -en el siglo XX- y que se dedicaron profesionalmente a la pintura son conocidas o alcanzaron notoriedad por su trabajo artístico ?


Un abrazo y SaLiRe.

Mameluco dijo...

Que vidas de telenovela... A mi siempre me ha interesado el arte, pero el arte es tan extenso. Lo de Judith y Holofernes lo había visto, pero nunca me había planteado quien lo había pintado.
Supongo que me quede con la idea y ya está: Los inicios de los anales del GORE...jajaja

PMM dijo...

Esas mujeres que vivieron en tiempos mucho más difíciles que los nuestros son ejemplos a imitar todavía en el día de hoy, porque aunque se ha conseguido mucho todavía queda mucho más por hacer.

Fernando Manero dijo...

uántas páginas quedan todavía sobre la historia de las mujeres. Olvidadas e infravaloradas, han permanecido en un segundo plano en el reconocimiento de quienes con su obra han hecho mejor el devenir de la humanidad. Pero la realidad no se puede ocultar, ya que tarde o temprano emerge y revela lo que de grande tiene el ser humano, sea hombre o mujer. Poco se puede decir a esa descripción tan clara y coherente que haces de la pintora italiana, eclipsada por los grandes maestros del Renacimiento. Sólo se me ocurre darte las gracias por este descubrimiento.

Sarashina dijo...

Matapollos, eres un hacha. Ese libro, como tú dices, es una preciosidad, una novela perfecta y redonda. No podía dejarla, pero la leía lentamente, con mucho gusto. Coincidimos. Ahora espero que la lea Encarna, para que ella también forme parte de ese grupo selecto de lectoras de Anna Banti.

Toni, ya ves, las cosas han cambiado mucho, aunque sólo en ciertas partes del mundo, y por desgracia no del todo. Ahora lo que toca es ir recuperando a estas mujeres olvidadas,pintoras, músicas, escritoras, y ponerlas en el lugar que se merecen.

Sarashina dijo...

Mameluco, hay que fijarse, porque automáticamente atribuimos a hombres lo que es obra de mujeres. Es como una reivindicación diaria. Ya sé que tú no te adscribes a estas cosas, quizás por la edad, pero es que ha sido, y aún es, así, la mitad olvidada del mundo.

Gracias a ti, Fernando, por acompañarme en el descubrimiento. Es cierto, quedan muchas mujeres ocultas por sacar a la luz. Poco a poco, pero sin pausa, irán apareciendo. Y ahora ya nunca será lo mismo.

Sarashina dijo...

Leandro, algunas frases estaban hechas un desastre. Tenía la biografía guardada, pero hecha una lástima, y como estaba un poco cansada ya, pues se me cruzaron los cables. Ya está corregida.

Eme (Nada que ver con eme dj)) dijo...

Quién tuviera tiempo!!!

Manuel Márquez dijo...

Como de tantas y tantas, no tenía ni idea, compa Fuensanta, de la existencia de esta artista, que, desde luego, no debió tenerlo nada fácil, no. En fin, a mí, por arrimar el ascua a mi sardina, sólo me resta esperar que algún guionista valiente (y un productor y un director que no lo sean menos...) eche mano de este excelente material y arme algo en condiciones (no hacen falta los 50 millones de euros de Amenábar, con algo menos se pueden hacer cosas muy dignas...).

Un fuerte abrazo.

Sarashina dijo...

De hecho, Manuel, hay una película, de una tal Angela Merlet, creo que se llama así la directora, que se llama "Artemisia", como la novela. Estoy buscándola, pero no es nada fácil. Si la encuentro, paso la información.

Manuel Márquez dijo...

Ya me extrañaba a mí que de material tan cinematográfico no se hubiera sacado ya fruto en celuloide. Eso sí, no me suena lo más mínimo el nombre de la directora que mencionas. Ya nos contarás sobre lo que averigües (y gracias anticipadas, claro...)

Un abrazo.

Cyd Charisse dijo...

Hipatia de Alejandría, otra que también sufrió lo suyo por ser mujer e inteligente.
Por cierto ¿no fue Carmen Romero la que hizo una traducción de una biografía de Artemisia...?

Sarashina dijo...

Manuel, me equivoqué de nombre, la directora se llama Agnes Merlet, o sea, me equivoqué en el nombre propio. A mí tampoco me suena nada, pero estoy buscando la peli desesperadamente.

Sí, Cyd, la traductora de la novela es Carmen Romero, no es exactamente una biografía, sino la novela de Anna Banti que os recomiendo.

SuperWoman dijo...

¿En qué idioma es el original? Creo que es una lectura que le podría interesar a mi superhombre y estos regalos boomerang me encantan.

Del mismo estilo te podría gustar, "La hija de Galileo", de Dava Sobel... no sé si está traducida al español.

Un supersaludo

Sarashina dijo...

Superwoman, la novela original está en italiano, y traducida al español, como ya sabemos, por Carmen Romero, Supoongo que se podrá encontrar en otros idiomas y en italiano, por supuesto.

Cabopá dijo...

Tus entradas siempre son una fuente de información...Gracias.
Tendré en cuenta tu sugerencia....
Besicos.

Miguel dijo...

Gracias por acercarnos este tipo de historias. Son historias que nos hacen pensar. Pensar sobre la voluntad de unos seres humanos que, pese a las trabas de la época, supieron alcanzar el desarrollo de sus capacidades. Este tipo de historias me parecen muy aleccionadoras.

Un abrazo.

Santiago Delgado dijo...

Bravo, Fuensanta. Estupenda recuperación de memoria humanista. Cuánto talento de mujeres se perdió el ser humano... a lo largo de la Historia.

Sarashina dijo...

Pues nada, Cabopá, ánimo para leerla, que seguro que te fascinará.

Miguel, sí, son historias ejemplares, provenientes de los buenos ejemplares de hombres que han dominado el panorama en todos los siglos. Mujeres ejemplares, ahora sí, de verdad, son muchas. Habrá que ir recuperándolas.

Santdo, bienvenido al sector comentarios. Gracias por ese bravo, que me anima a seguir rebuscando por ahí.

Miguel Ángel Velasco Serrano dijo...

Que suerte tengo de encontrar siempre cosas que no sé, y ¿seré capaz de aprender? En ello estoy.

Gracias, Clares por la lección.

A mi no me parece “duro” el cuadro de la decapitación del Holofernes de marras, y si de alguna manera expresa el momento que estaba viviendo su autora, incluso diría que es demasiado “blando”.

¡Sigue destapando la historia silenciada de la más de la mitad de la humanidad! Algún día tendremos la historia completa, ojalá no sea demasiado tarde.

Pilar dijo...

Hubo otras, cierto, como Sofonisba Anguisola, pero podían pintar por por su proximidad a la corte. Lo de Artemisa es un ejemplo de auténtica independencia, incluso de su padre, el borracho que le tocó en la vida. Abusaron de ella de pequeña, la acusaron de lesbiana o de promiscua...nadie podía entender aquel espíritu independiente. Cossasss

CarmenS dijo...

Esta y Sofonisba fueron dos mujeres pintoras de una época en que las mujeres no tenían nombre ni renombre, en términos generales. Un tiempo en que las mujeres sí pintaban, pero lo hacían para sus padres, sus maridos o sus amos. Pero Artemisa y Sofonisba dejaron un legado que, en alguno de los casos, fue atribuido a otros artistas.
Angeles Caso habla de estas dos pintoras en un magnífico libro, "Las olvidadas". Y yo apunto el tuyo para conocer un poco más a esta artista-

Sarashina dijo...

Cecilia, hay otras muchas olvidadas, pero las iremos rescatando. Ya lo verás. Visibilizar es la tarea que nos toca. Gracias por tu comentario.