04 enero 2018

El Hostal del Inglés de F.J.Segura Garrido



Para mí, como para mucha gente, fue un grato descubrimiento el de Francisco José Segura como escritor, y más aún, como escritor de novela negra. La chica olvidada, su primera novela que ha sacado ya su segunda edición, tenía una trama tan trepidante, un asunto tan sensible y cruel, y una escritura tan rápida y torrencial, que, contradiciendo a su título, se convertía en algo inolvidable. Sus potentes imágenes perduran en la memoria mucho tiempo después de su lectura.
Esta segunda novela de Segura Garrido es literariamente más sosegada, pero argumental y estructuralmente igual de apasionante. El comisario Campillo, protagonista de lo que promete ser saga, toma cuerpo y peso, y a pesar de sus modos rudos y poco ajustados a derecho, se le toma un respetuoso cariño, principalmente por su inagotable afán de justicia.
Sé que una novela es buena cuando, como lectora, podría contarla, es decir, explicar el argumento, pero me cuesta seguir todos los hilos técnicos que el autor ha desplegado, y mucho más las múltiples emociones que me ha suscitado. Esto quiere decir que el autor ha sido muy hábil en su abracadabra. Me detengo, reflexiono y adelante, porque hay que hilar fino con una novela que parte de un gran amor para llegar a la ruina absoluta, que saca las vergüenzas ocultas a una dictadura que nos mantuvo amordazados cuarenta años y lo que colea, donde el deterioro personal corre parejo con el deterioro de la naturaleza, y la hermosura de la costa cartagenera acompaña la delicadeza de un amor profundo y trágico. Toda la novela está teñida de la melancolía de la pérdida. Es una elegía narrativa por una naturaleza profanada, por un amor destruido, por un pueblo amordazado.
Por decirlo en breve y sin estropear el interés de la trama, El Hostal del Inglés trata de la reavivación en la transición española de un viejo crimen sin resolver ocurrido durante la dictadura, parece ser que basado en hechos reales sobre los cuales el autor aventura la posible solución de un caso sepultado en el silencio. Naturalmente, el inspector Campillo es el encargado de resolverlo pese a todas las dificultades que el sector resistente del antiguo régimen opone. Con lo cual, un nuevo tema de fondo aparece ante los que leen: el cierre en falso de la anterior etapa política y sus desmanes. Desde instancias superiores se quiere cubrir todo lo anterior con una gruesa capa de olvido. Las viejas estructuras persisten y resisten, y se hacen fuertes en esa especie de ley del silencio. Hasta aquí llega esa pretensión y quienes tienen los ojos abiertos lo ven cada día.

El ritmo narrativo ha ganado en madurez y en reposo en relación a la anterior novela, La chica olvidada, que era apasionante desde la primera línea a la última, pero que adolecía de presentarse como un torrente desatado en el que ambos, lector y autor, hubieran perdido el control de los acontecimientos. En esta ese aspecto cambia, sin perder el buen ritmo, el interés y la intriga. Además de que esto nos permite disfrutar de unos personajes perfilados que se reconocen en sus tipos al momento, y de unos diálogos que son uno de los mayores logros de la novela, por su naturalidad y la descripción indirecta de los tipos populares.
Por lo cual, y una vez más, hay que felicitar a Francisco José Segura Garrido por su trabajo creativo y desearle el éxito que se merece.
Un buen regalo para los amantes de la novela negra sería el conjunto de las dos novelas publicadas hasta el momento. No hay que perder de vista a este talento emergente.


2 comentarios:

supersalvajuan dijo...

Apuntado para la lista!!!

Sarashina dijo...

Te lo recomiendo vivamente. Serán de tu gusto con seguridad las dos novelas.