02 septiembre 2008

Máquina expendedora de medallas


Por razones que no vienen al caso, de viaje hacia Toulouse, en seguimiento de un viejo tema, el de los cátaros, pasamos por Lourdes y nos dimos una vuelta por este pequeño pueblo pirenaico, que, al margen de toda la parafernalia católica, es un pueblo precioso, cruzado por un magnífico río, La Gave, y rodeado de altas peñas y apretados bosques. Ya iré contando mis impresiones al respecto, porque puede merecer la pena y satisfacer curiosidades; de esa impenitente curiosidad por todo lo que sea humano no me escapo. De momento, traigo la imagen de una de las cosas que mayor perplejidad me produjo: una máquina expendedora de medallas casi al pie de la gruta. El mercantilismo de la espiritualidad. En el improbable caso de que yo hubiera querido una medalla de recuerdo, me habría dado mucha vergüenza sacarla de una máquina expendedora, la verdad. No sé por qué tendría que darme más vergüenza que comprarla en un comercio de los muchos que hay en las callejuelas de Lourdes, pues al fin y al cabo es una simple transacción comercial: dinero, que es un símbolo, por otro símbolo, la medalla. No dejaba de pensar en el látigo chasqueando a los mercaderes a la puerta del templo, pero es que aquel era un radical. No hay ningún mal en las máquinas expendedoras de medallas; más bien son mejores, puesto que no tienen ninguna sensibilidad respecto a los látigos. Dedicado a todos los ateos, deístas y herejes, tan parecidos a mí, estas máquinas de Lourdes, el mecanicismo mercantil de la espiritualidad.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Se trata de sacar dinero de la forma más rápida y cómoda, parece ser. Y estos señores son unos especialistas en eso.
Un saludo, Clares.

supersalvajuan dijo...

Lourdes es el Benidorm espiritual. y cada uno es libre.

Sarashina dijo...

Pues algo así, queridos amigos. Yo fui por curiosidad y por recuerdos juveniles de una persona muy querida que trabajó allí para ganarse unos dineros para sus estudios. Me impresioné por toda aquella parafernalia. Y hay más.

Anónimo dijo...

Impresiona la parafernalia comercial -cientos de tiendas, de rosarios, de medallas, de botellitas de agua- y más aún observar a los que tienen ¿la suerte, la gracia? de la fe. Miles de enfermos y de familias que acuden esperanzados a la búsqueda de un remedio casi imposible. ¡La humanidad creyente! El olor a masa, el susurro de los rezos, las enfermedades visibles...

Anónimo dijo...

He tenido una "perversa! asociación de ideas: máquinas dispensadoras de medallitas - dispensadoras de preservativos.

Lo que si me da envidia es la ruta cátara, una tierra que tengo pendiente.

Saludos

Atenea dijo...

Jajajaja, una nunca termina de ver todo, jajaja, me ha parecido graciosa la idea de que se pueden comprar medallas por máquina, la religión no es que no quiera adaptarse al mundo moderno, sólo que se adapta a lo que le conviene, para muestra esta maquinita, jejeje.

Respecto a tu sugerencia, dala por hecha, la verdad en un principio pensaba poner la opción para elegirlas a todas, pero luego no sé, simplemente me olvidé, pero ya la pongo :).

Me da gusto saberte de vuelta!.

Saludos

Anónimo dijo...

Hacia tiempo que tenia ganas de hacer un post sobre Lourdes, pero desde otra perspectiva, al ver lo de la maquina expendedora he decidido concretarlo y darle forma:
http://alexkev.wordpress.com/2008/09/05/supersticion-legaltodo-corazon-ii/

Respeto a la maquina que se puede decir, predican el alejamiento del materialismo, pero bien que aprovechan para usarlos en su propio beneficio.
De materialismo tambien son las obras de arte que tienen en posesion, las catedrales y el dinero que manejan, su propias entidades financieras y hasta su propia agencia de viaje en el vaticano.
La misma espiritualidad que hay en el precio del dinero.

Saludos

Sarashina dijo...

Graciosa tu asociación, Ernesto. Yo me vi sacando chicles, botellas, tabaco y otras cosas, pero no preservativos... Si hubiera tenido un poco de valor y menos vergüenza, me habría sacado una medalla de allí, por curiosidad.

Hola, MInerva. Qué encanto de entrada, como siempre. Y tu blog, magnífico. La entrada de la astronauta es preciosa. Seguimos en contacto. Un abrazo.

Hola, Alexkev, me alegro de comunicar otra vez contigo. Voy ahora a mirar tu entrada sobre Lourdes. Un abrazo.