06 octubre 2008

El Pabellón del ala Oeste





















A veces me siento muy joven. No me lo propongo, sino que ocurre, en ocasiones sin motivación alguna, y en otras espoleada por algo que ocurre. Esta vez ocurrió el milagro segundo: Ana compró un cómic, luego pensó que me gustaría a mí, a mí concretamente. Trataron de disuadirla, nadie creía que yo fuera tan joven. Y ella perseveró y un día me lo trajo como un regalo, con algo de timidez, pensando que, a pesar de todo, quizás se equivocaba.
No se equivocó. No sólo me gusta "El pabellón del ala oeste", de esa jovencísima ilustradora china con un nombre tan sugestivo, Guo Guo, sino que además me hizo sentir muy, muy juvenil. No puedo decir que lo "leyera", sino que lo vi, lo miré, poco a poco, con el embelesamiento de la niñez, como devoraba las imágenes con los ojos en la adolescencia.
Luego vino la investigación. Guo Guo es una deliciosa dibujante, una muchacha con un pincel exquisito, inscrito en el mundo de los manhua (manga les decimos por aquí), pero el tema que ilustra en este libro tiene su origen en una historia de amor del siglo IX, en la dinastía Yuan, que luego fue dramatizado por Wang Shifu, y más adelante convertido en una película que tengo que ver con urgencia. No hay muchas referencias sobre cada uno de estos elementos. Guo Guo, realmente, acaba de empezar, pues este es su primer libro ilustrado y no llega a los treinta años. El guionista es Sun Jiayu, también poco documentado en la red.
Me ha hecho soñar, sumergirme en un mundo de delicados colores, lleno de objetos bellos y de personajes remotos. Gracias a que Ana me conoce, quizás me intuye, mejor que los que mejor me conocen.

9 comentarios:

Mal bicho dijo...

¿Por qué la mayoría de la gente piensa que el manga, ya sea en comic o en la tele, es cosa de niños?
Es mas bien todo lo contrario, de hecho la mayoría de las temáticas son claramente para adultos.

Sarashina dijo...

La verdad, amigo, es que no sé de dónde nace esa idea de adjudicar el manga a los niños o los jovenes, el manga y otros cómics. Quizás por su asimilación con el tebeo. Me siento mayor a veces, igual que a veces me siento muy joven, y entonces me siguen gustando los cómics, en todos los casos. Me encanta Lenore, por ejemplo, y Bone, me gusta Persépolis, y me gustan los clásicos. Los mangas me parecen preciosos e interesantes.
En fin, ya ves qué preciosidad de dibujos hace Guo Guo. ¿Me los perderé por tener más de veinte años?

Anónimo dijo...

LISBOA + PORTUGAL

¡Hola!

Después de todos los líos gordos que tuvo con las passwords y con todas las consecuencias muy aburridas que resultaran, aquí te informo que, creo que en definitivo, mis nuevos datos siguen abajo. Los tíos de Google me han garantizado que a partir de hoy no parará nada. A ver. Yo no creo en brujas informáticas ; pero que las hay…, si que las hay…

hantferreira@gmail.com
www.aminhatravessadoferreira.blogspot.com


Discúlpame por las molestias y los daños que posiblemente te he causado con tantos rollos… Te espero, como siempre. Colaboraciones, comentarios, opiniones, correspondencia electrónica, todo. ¡Que seas bienvenida(o)!
Quesos/abrações
Henrique, o Aéfe

Mameluco dijo...

Los tebeos son para todas las edades y condiciones. Lo que pasa es que a cada uno le gusta una cosa.
A mi el manga no me gusta demasiado, por ejemplo. Y no es que me cierre al género, porque hace 18 años o por ahí que leo mangas (Akira me lo compraría yo por esas fechas) y he disfrutado con todo lo de Otomo, con la exquisita obra de Maruo, con los personajes de Arale, con los de Uresei Jutsura.
Pero que vamos donde se ponga un Carlos Giménez aquí en España -este se lo recomiendo fervientemente a usted, Fuensanta- o un Bagge o un Crumb o un Clowes, que se quite lo demás. Pero es, como siempre, cuestión de gustos.

Anónimo dijo...

Ya estamos¡¡¡¡ a ver quien se resiste ahora, habrá que leer El Pabellón del ala Oeste. No se que voy a hacer con mi lista de pendientes.

En serio, después de ver tu entrada tomo nota.

Un abrazo

Sarashina dijo...

Henrique, me extrañaba tu silencio y ahora ya sé que era por causas técnicas. Te visito en cuanto tenga un ratito. Un saludo

Ay, Ernesto, a mí me pasa lo mismo con todos los blogeros, que no veo el momento de leer lo que van recomendando. Ahora me he pedido "La carretera", que tú recomendaste, pero tengo aún en mano el final de Genji monogatari. Estoy encantada con la literatura oriental clásica. De ahí que me haya fascinado este cómic, pero si quieres ir más allá, lee la novela antigua o el drama de Wang Shifu que tiene el mismo título, "El pabellón del ala oeste".

Mameluco, toda la razón. Tebeos para todos. Miraré lo del dibujante español que me recomiendaS. Seguro que me gusta.
Un abrazo.

supersalvajuan dijo...

Sueños azules. Los mejores.

Mal bicho dijo...

El manga es claramente un producto para adultos.
Recuerdo que hace un año en la TVG ponían los fines de semana, en el programa infantil de las mañanas, una serie de dibujos que se llama Evangelion, que tiene una trama complicadisima. A priori se trata de la típica historia de robots gigantes, pero se complica porque tiene unos tintes filosóficos, religiosos y psicológicos que la convierten en una serie imposible de entender para un niño.

Sarashina dijo...

Yo creo que los límites entre lo que es para niños y para adultos no está siempre tan claro. Quizás en las obras de arte auténticas, sin oportunismo ni limitación, ocurra como dice Rojas en su prólogo a la Celestina, que cada uno, según su edad y circunstancias coge lo que puede, lo que su mente alcanza, lo que el filtro de su madurez le permite.