25 mayo 2009

La mujer completa: Padres


Leí hace años en un libro de antropología, cuyo título siento no poder dar ahora, porque lo he olvidado y me es difícil recuperarlo, que en ciertas remotas islas habia una tribu que tenía una curiosa costumbre. Si alguien identifica el libro o la tribu, que me informe, que me encantaría recuperar la información. La costumbre consistía en que cuando una mujer se ponía de parto, el marido, padre de la criatura, se ponía de parto también; por sugestión cultural sufría los dolores del parto, y cuando la criatura había nacido era cuidado por las mujeres del mismo modo que la recién parida. Curioso. La explicación profunda que daba el antropólogo era que el hombre no quería ser padre, sino participar como madre en el nacimiento y crianza. A veces, cuando veo algún documental de animales, y sale un león del cual las leonas se tienen que guardar mucho junto a sus cachorros, porque va el amigo dispuesto a cargarse la camada para que la hembra lo admita y los que se transmitan sean sus genes, o veo el número de casos en que el maltratador de una criatura es el padrastro, entiendo un poco esa costumbre tan extraña. Es verdad que no son casos de verdaderos padres, pero me pregunto si un hombre no puede ser padre si no es biológico. Y también me asombra el escaso número de hombres que siendo biológicos no ejercen en su totalidad como padres.


Recorto una cita de Germaine Greer en el libro "La mujer completa":

"La anticoncepción continúa siendo un asunto de mujeres. Los sociobiólogos están convencidos de que los hombres aprovechan cualquier oportunidad para transmitir sus genes; los sociólogos han llegado a la conclusión de que los sistemas patriarcales de control sobre las mujeres se establecieron a fin de que los hombres pudieran estar seguros de su legítima paternidad. Sin embargo, una espectadora ingenua debe concluir que los hombres sienten mayor preocupación por evadir la paternidad que por reivindicarla. Si realmente les importara si su hijo o hija lleva sus genes o no, habrían utilizado la prueba del ADN para comprobar si alguno de sus retoños había encontrado cobijo en el hogar de otro hombre. Pero, de hecho, la han utilizado con el propósito inverso, a saber: eludir su responsabilidad con respecto a las criaturas de mujeres con las que saben que han tenido una relación sexual".

Es cierto, creo yo que no se conocen muchos casos de hombres reclamando la paternidad de una criatura, y sí muchísimos contrarios. Según las legislaciones de algunos países, los hombres siguen dominando la situación en este sentido: pueden ejercer de padres o eludir sus responsabilidades. Las pruebas de ADN sólo se pueden hacer con el consentimiento del donante. En España, si un padre reclamado se niega a donar materia orgánica para hacerlas, se le adjudica el hijo sin más historias, y no está mal pensado, pues es un modo de que no se nieguen si tienen dudas razonables.
Por otra parte, los hijos habidos dentro del matrimonio, siguiendo el código napoleónico, y si nadie reclama lo contrario, siguen siendo de oficio del marido, que es el padre oficial de la criatura, lo sea biológico o no.

Ejercer de madre no es fácil, desde luego, ya sabemos que la maternidad, pese a muchas leyes que se promulguen, no está lo bastante protegida, pero ejercer de padre tampoco lo es, más en en este caso por mentalidad social o falta de educación para ello. Funcionamos en el mundo familiar sobre modelos anteriores que se pueden cambiar, pero que pocas veces hacemos el esfuerzo de modificar.
Cuando una mujer se queda en casa para cuidar a su prole, está en muchos ambientes mal vista, y se le supone una vida cómoda y fácil, que compensa con el teléfono y el televisor. Cuando un hombre se queda en casa a cuidar de sus hijos, que es caso minoritario pero que empieza a darse, es un héroe para todo el mundo. Queda comprobado que ellos hacen el mismo uso del teléfono, del televisor, y además añaden internet.

"Un padre puede definir su propio papel en relación con la criatura. Puede actuar como el amante de la madre, o como el enemigo de ésta, o se puede situar en cualquier posición intermedia. Puede mostrarse autoritario, permisivo o veleidoso. Un padre puede elegir, así mismo, el estilo que desea imprimir a sus cuidados entre un espectro que abarca desde el padre adorable y extremadamente accesible hasta el padre controlador, crítico y distante".

El mayor problema es para las chicas respecto a la relación con el padre. Muchas niñas ven cómo su padre, que hasta el momento las trataba con cariño y cercanía, dejan de comportarse de ese modo cuando llegan a la adolescencia. En el fondo de este comportamiento late el miedo al incesto, pero ellas lo sufren como un demérito. Piensan que ya no las quieren y que ese modelo se repetirá en toda su vida. Ello les lleva al fracaso, lo cual confirma que han perdido toda gracia y atractivo, así como cualidades de todo tipo que antes tenían. Un ser humano, hombre o mujer, tiene que contar con el reconocimiento del padre para desarrolllarse en plenitud. Normalmente los padres realizan el acto del reconocimiento del hijo, pero no o en menor medida el de la hija. Un buen padre es el que ortorga reconocimiento. Las consecuencias del abandono del padre duran toda la vida, pero tienen su primera consecuencia en los estudios. Hay psicólogos que ponen ahí la causa de que niñas superdotadas retrocedan frente a sus compañeros conforme avanza la adolescencia.

Para terminar, transcribo las palabras de Germaine Greer, que me parecen muy significativas:

"Todas las personas adultas necesitan el contacto con la infancia para mantenerse en su sano juicio; ha llegado el momento de que todas y todos desempeñemos el papel de padre que otorga reconocimiento. A los hombres les tocará decidir si optan a favor o en contra de cumplir su papel en el cuidado de los niños y niñas, como siempre han hecho".


19 comentarios:

SuperWoman dijo...

Olé...
Y conste que yo sigo siendo muy macho (o eso, o es que a falta de televisor ahogo mis penas en la red de redes cuando puedo):D
Pero en definitiva, los hijos son de los dos y estoy contenta de tener uno en casa que aunque fuera sólo con el segundo, se puso de parto conmigo.

Un supersaludo

supersalvajuan dijo...

¿Un tipo con dolor de parto? Vaya injusticia.

Ramón de Mielina dijo...

Nunca debimos dejar de ser niños

Fernando Manero dijo...

Los comportamientos machistas se manifiestan en actitudes que van más allá de la simple arrogancia del hombre o del desprecio a la mujer. Se traduce en esa división de papeles que sin chsitar, porque sí, asigna a la mujer responsabilidades con los hijos que los hombres eluden sin rubor considerándolo lo más normal del mundo. De ahí esa tendencia a procesos más o menos acusados de deficiente estructuración de la familia como consecuencia de la actitud renuente del padre a asumir compromisos o tareas que remite a la mujer y que esta acaba asumiendo en solitario, porque no le queda más remedio. En Estados Unidos, y en niveles de desarrollo medio alto, me he relacionado con familias donde los hijos no veían casi nunca al padre, pese a que el matrimonio se mantenia unido. Cuando los hijos dejan de hacer gracias y empiezan a plantear problemas, muchos padres lo resuelven a golpe de talonario sin preocuparse lo más mínimo de lo que pasa con la prole, abandonada a su suerte o, mejor dicho, a la suerte de la madre. Y en América Latina tengo colegas que presumen de tener más de 30 hermanos, todos ellos de padre, que actua como semental y que jamás muestra interés alguno por la dimensión de la familia que ha ido dejando a lo largo de la vida. Es tremendo. Las sociedades han evolucionado, pero las multiples aristas del machismo continuan vigentes y tan asumidas por la mayoría de las mujeres que el fenómeno no tiene fácil solución. Más bien creo que no se resolverá en muchísimo tiempo, por no decir jamás.

Atenea dijo...

Interesante tema Clares, es cierto muchos padres no quieren asumir su responsabilidad como tales y a veces hasta tienen la desfachatez de pedir comprensión ... de todos modos yo soy de la idea de que en algunos casos los hij@s crecerían más felices sin un padre o una madre, uno de los dos los pueden criar mucho mejor. Me parece una mentira total eso que dicen que los hijos necesitan si o si padre y madre a la vez, no siempre se puede y los hijos deben valorar a la mamá o al papá que los cria con amor.

Pero razón tienes al decir que los padres deberían participar en la crianza tanto como la madre. Por eso, el decidir tener hijos no es un juego, ni una cuestión de pensar sólo en el relojito biológico, se debe pensar bien.

Un abrazo!

Cabopá dijo...

Ejercer de "padres" no es tarea fácil..y de madre, por lo que a mi toca, tampoco; te tienes que reinventar cada día, desde el mismo momento del parto hasta que se van de casa... Los roles de cada generación son distintos...Mi generación ha sido la de la reivindicación en estos aspectos..y ahora son ya derechos afortunadamente, pero a veces y en algunos casos..las que nos siguen no saben apreciar. Espero que se me entienda. Mi madre,trabajó la casa, yo trabajo fuera y en casa, nuestro hijos trabajarán fuera y en casa, trabajaran los dos... lo dicho espero que se me entienda. Besicos.

Matapollos dijo...

Clares, también hace años leí lo mismo en un libro de antropología, pero soy incapaz de recordar cuál.
Tendré que revolver un poco más. También a mí me gustaría saber algo más.

La covada era una curiosa costumbre en sociedades matriarcales en tribus de la zona de Nueva Guinea, Alto Orinoco y Amazonia. Y hasta aquí puedo recordar.
En nuestros días, el hombre ha de contentarse con el permiso laboral de paternidad.
Allá cada uno... que lo utilicen como mejor les convenga.

Anónimo dijo...

Interesantísimo artículo que invita a la reflexión sobre el alcance de la paternidad, entendida como las obligaciones del padre en el cuidado y educación de los hijos.

A pesar de que se ha producido un leve cambio en la actitud de muchos hombres, en el fondo sigue permaneciendo un cierto machismo, en esta caso referido al rol que el hombre desempeña en el grupo familiar, mantiene su papel de "pater familias", es la autoridad. La prueba más clara es, en los casos de reparto de trabajo doméstico y familiar, él siempre "está ayudando" a ella, que es la que tiene asignadas las funciones más duras, aunqe trabaje además fuera de casa más horas y más dramente quu él.

Seguire dándole vueltas (y aplicando las reflexiones personalmente).

Sarashina dijo...

Gracias, Matapollos, por la localización y el nombre de esa costumbre tan curiosa y que dice mucho acerca de las profundidades de la fundación humana. Hubo una época en que leí mucho sobre atropología, pero hace bastante tiempo, así que lo tengo todo como en una nebulosa.

A los hombres que entran por aquí, amigos todos. Es curioso que haya tanta diferencia en la reflexión entre los más y los menos jóvenes. Los mayores tienen más elaborado el discurso, como Ernesto y Fernando, con más conciencia del problema. Los jóvenes lo eluden, quizás porque ya no sea un problema real para ellos, puesto que en su nivel de preparación asumirán la paternidad de un modo diferente a las generaciones anteriores. Quizás ya no tengan ni que pensarlo. Lo veo en los hombres jóvenes de mi familia, que asumen el cuidado de los niños sin hacerse los héroes ni pensarlo siquiera; lo hacen simplemente.
Esto es bueno, y se debe sobre todo a la labor realizada por los hombres mayores que reflexionaron sobre el asunto y transmitieron a sus hijos la idea de que los niños son de dos personas.
Yo no recuerdo en mi infancia y juventud a hombres llevando niños en silleta, por ejemplo, y ahora es muy común que los lleven, ellos solos, incluso abuelos. Es un placer. Ha habido un cambio, pero aún queda mucho que hacer hasta que la mentalidad social de la ética del cuidado se extienda a todos los varones, al menos en la misma medida que entre las mujeres.

Miguel Ángel Velasco Serrano dijo...

Algo ha fallado y el comentario que hice anoche no aparece, cosas de las brujas en la madrugada.

Como no me acuerdo lo que escribí, no puedo repetirlo. Pero la idea sí que la retengo: una buena lección, y también sabia. Y que ojalá tengas razón, Clares, en lo de que las generaciones jóvenes vienen con otra mentalidad. Yo tengo mis dudas, pero puedo estar equivocado, como tantas veces.

Retengo esta frase: "Todas las personas adultas necesitan el contacto con la infancia para mantenerse en su sano juicio". Pues eso, que nos mantengamos en él.

Sarashina dijo...

Miguel Ángel, yo hablo de los jóvenes que veo a mi alrededor, que quizás no son significativos de toda la sociedad en su conjunto, vision para mí inabarcable, y que sólo por estadísticas podemos vislumbrar. Las estadísticas, desde luego, no son muy alentadoras. El machismo contraataca. Lo que a mí no me gustaría es que los seres humanos siguiéramos el patron de los leones, que ya sabes cuál es, sino el de ciertos simios familiares, en cuyos grupos los machos cuidan por igual a las crías junto con las hembras. Es un ejemplo de la naturaleza, un ejemplo inconsciente de solidaridad y cooperación. Pero quizás, los humanos deberíamos crear nuestro propio modelo cooperativo para la crianza y para todo.

Eme (Nada que ver con eme dj)) dijo...

Hola guapa,
Mejor a las 9.30, te he enviado un mensaje al móvil pero no sé si lo has visto. 1 bsito!

Sarashina dijo...

De acuerdo, Eme, a mí también me viene mejor a las 9.30, entiendo que en el Garrampón, como quedamos. No he visto el mensaje, porque tengo el móvil cargando, pero ahora mismo lo miro y compruebo. Nos vemos luego. Un beso mío también.

Sarashina dijo...

Luego escribiré algo sobre la salida de anoche, que fue estupenda y lo pasamos muy bien. Un besito, eme, y nos vemos dentro de un rato.

Alfa79 dijo...

Una entrada muy valiente y bastante compleja para dirimir.

Es verdad que la mujer que -hoy día- se queda en el hogar no está muy valorada, inclusive los mismos hijos/as son quienes menos la valoran. Por supuesto, no quiero hablar de algunas mujeres que infravaloran a las otras mujeres que no pueden trabajar fuera de casa. Y haberlas, haylas.

Algunos hombres, en este momento de la sociedad, nos encontramos un poco en tierras pantanosas.

Existe miedo a actuar en el hogar y asumir el verdadero rol de padre y en iguales condiciones al de la madre. Los mismos hijos/as, cuando tienen un problema siguen dirigiéndose -en un primer momento- a la madre.
El padre, en un principio, es apartado; no sé si por el rol social o por esa falta de hábito en las relaciones entre padre e hijos.

Quienes tenemos hijas (yo tengo dos) lo tenemos bastante difícil. Pero no desistimos ni desistiremos en la lucha por la igualdad.

Saludos cordiales. Toni Sagrel.

La del Planeta dijo...

"Cuando un hombre se queda en casa a cuidar de sus hijos, que es caso minoritario pero que empieza a darse, es un héroe para todo el mundo. Queda comprobado que ellos hacen el mismo uso del teléfono, del televisor, y además añaden internet".
Que cierto es ésto, y que rábia da ver que pertenecer al género masculino sigue siendo un valor añadido.

Sarashina dijo...

Toni, tú tienes hijas, tu labor es importante con ellas. Nunca te alejes de tus hijas, mantén el cariño siempre y, sobre todo, otórgales el reconocimiento, el apoyo incondicional, el diálogo. Es algo absolutamente necesario para su desarrollo y su éxito vital.

Ay, la del Planeta, faltan aún muchos años para que esto evolucione y no haya héroes ni heroimas por ejercer lo que se llama la ética del cuidado, que no es sólo hacia las criaturas, sino también de unos con los otros y hacia cualquier ser que lo precise. De momento, ya sabes, injusticia sistemática, o sea, del propio sistema.

Pilar dijo...

Interesantísimo lo que dices, una revisión importante sobre los papeles a los que estamos abocados todos y todas. Por experiencia porpia sé lo desestabilizador que es para los demás que alguien se salga de ellos. Y sin embargo creo que el mundo va por otro derrotero, por lo que romper con esos esquemas es una necesidad. Me hace gracia el rol masculino, tan privado de afectividad, o tan mal conducida, que debe preguntarse si seguir queriendo a su porpia hija puede entenderse como incesto... o puede llegar a pensarse él mismo que lo es. Todo forma parte de una construcción que hemos de ir derribando. Hacia otro mundo.
Besicos

Celeste dijo...

¡Menudo tema!

Pienso que el hombre, en gran medida, liga amar a una mujer con la sexualidad, como modo de expresión de este amor.
“Te quiero mucho, por eso, quiere mantener contigo relaciones sexuales en vez de con otra mujer. Renuncio sexualmente, a todas las demás hembras porque te quiero a ti”. Y esto es como decir: ¡que pedazo de hombre!
Ahí surge el dilema: Amo a mi hija-niña, como un padre, con el amor de un padre. Pero cuando la hija-niña, se convierte en la hija-mujer, ¿cómo seguir amándola, cómo expresar este amor? ¿De qué forma?
En núcleos rurales cerrados y bastante aislados, con poca o escasa relación con pueblos grandes o ciudades, se daba el caso de un alto número de incestos que casi nunca salían a la luz y que eran ignorados y silenciados, incluso por las madres de la familia. Así está reflejado en los estudios que se han hecho sobre zonas como “las Hurdes” en Extremadura o en “La cabrera” llamada también “Las Hurdes Leonesas” por sus similitudes de vida, costumbres, estructura familiar etc. En la provincia de León. En las dos zonas, las sencillísimas casas familiares, tenían un cajón lleno de paja, (leitos) dónde dormía el matrimonio junto con sus hijos pequeños hasta la edad de 14 ó 15 años en que se les ponía un lugar aparte para dormir. El incesto del padre con las hijas adolescentes, era bastante alto. En ningún caso si la hija se quedaba embarazada, el padre asumía su responsabilidad, ¡faltaba más!
Quiero reseñar que “no hay datos de incesto de la madre con los hijos. Ninguno”. Y que no está probado que fuese por amor. Pero sí está probado en todos los estudios de antropología sobre estas zonas, que esto es verdad. Y que no sabían, o no querían, cambiar la forma de amar a una mujer…aunque esta fuera su hija.
El hombre, al menos hasta este tiempo, ha ejercido principalmente de “hombre” con el consentimiento de la mujer.
Faltan aún algunas generaciones más, para que el hombre (y la mujer) dejen de sentir, minimizados por “las taras culturales” para sentir y ser sólo seres humanos conscientes, tengan el género sexual que tengan.

Gracias por los temas que abordas y por cómo lo haces, es estupendo leerte.
Y gracias también a todos los que comentáis, siempre aprendo un montón.