Jamás me habían hecho una dedicatoria tan curiosa, aprovechando la propia titulación del libro. Tampoco queda atrás la letra. Una persona de un orden estricto, de una limpieza intachable, como que parece que hace la letra de molde. Lo pongo, además de por vanidad, que de vez en cuando no viene mal, dado que la dedicatoria es muy encomiosa, porque un ejemplo de caligrafía tan perfecto se ve pocas veces.
2 comentarios:
Tiene este Ru nuestro una caligrafía exquisita propia del mejor de los psicópatas de las letras.
Un abrazo, hermosa.
En realidad, querida Marta, esta perfección no es psicopática, sino neurótica, lo cual tiene la ventaja de que es una dolencia mucho más molesta para el que la tiene que para los demás, justo lo contrario del psicópata. De todos modos, tu Ru, nuestro querido Ru, no debe de tener ninguna de las dos, sino sólo buena letra. Los maestros de antes valoraban mucho esto.
Un beso, guapa.
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