21 octubre 2008

El silencio tras el disparo


Anoche, en un alarde de tranquilidad, que no es frecuente en mí, me puse a ver esta película alemana que me había recomendado un amigo. El título, ya de entrada, me impresionó, porque me sugería ese terrible silencio que debe quedar tras el tiro que mata a un ser humano. Vista la película, vino la reflexión. ¿Es posible la rehabilitación de un terrorista? Supongo que depende mucho de los casos, pero en el que se presentaba en la historia, había dos cosas importantes: una, la complicación política, en plena guerra fría, con Alemania partida en dos, con Rusia y Occidente al acecho; y otra, que la muchacha deja de matar, pero en ningún momento hay arrepentimiento explícito. Hay cierto pavor inmediato ante la violencia ocasionada por ella misma, pero no consideración de lo que de verdad ha hecho. Nunca se llega a sentir cierta simpatía por ella como ser humano. Sigue siendo una asesina. Porque, como dice el eslogan de Amnistía Internacional, matar es matar. Me llamó la atención, por ejemplo, que su amiga, una muchacha problemática, desestructurada y alcohólica, termine en la cárcel, en la Alemania oriental de la época, mientras ella, protegida hasta cierto punto por el Estado, ande libre, aunque con identidad falsa. Hay en ello una denuncia social más fuerte que la del propio terrorismo. Por otra parte, la película es profunda, terrible. Da hasta un poco de angustia verla. A mí me angustió, y me mantuvo quieta en un sillón hora y media, que para mi hiperactividad es mucho.

6 comentarios:

Mameluco dijo...

Yo no he visto la peli, pero si puede haber reinserción de un asesino. Solo hay que ver las causas por las que mata.
¿Cuantos asesinos hay sueltos con sus familias y con sus hijos, son cariñosos, amables con sus vecinos y ayudan a las ancianas con las bolsas?
Ejemplos, militares, espías, asesinos a sueldo, mafiosos, millares de ellos. Después están los de la cabeza comida. Pero puede haber un proceso inverso de dejar la cabeza llena de pájaros y darse cuanta que lo que han hecho no tiene demasiado sentido. Pero si se arrepienten y se flagelan su recien adquirida libertad mental pasa a otra agobiente carga moral, la del asesino con remordimientos (que también estará el mundo lleno de ellos). Es crudo, pero debe ser así. Los mecanismo de protección de los humanos son variopintos.

Sarashina dijo...

Yo sí creo en la rehabilitación o reinserción social de los delincuentes, incluso de los asesinos, siempre que no sean psicópatas, que sólo excepcionalmente pueden ser reinsertados. Digo que matar es matar, y que la existencia de bandas con ciertas miras "políticas", que es este caso de la peli -banda baden-meinhoff o algo parecido, en los años setenta, en Alemania- facilita la entrada a psicópatas, con el tarro comido o sin comer. Se ve, por ejemplo, el caso del jefe, que es una persona de este tipo.
La dificultad en este caso estaba en las condiciones políticas del momento, aparte la propia naturaleza de los componentes.
Curioso y espantoso es el caso del asesino de la catana, del cual tengo noticias por conductos profesionales. El chico está, como tú dices, hecho un fiasco de remordimientos. No creo que vuelva a matar a nadie, pero es un ser destrozado. Esto en la película sólo se ve en una de las chicas de la banda, que no sale muy bien parada, desde luego.

Mal bicho dijo...

Primero recomiendas buenos libros, y luego buenas peliculas. Ahora solo te falta tocar otros palos.

Sarashina dijo...

Ya he dicho que soy una hiperactiva. Y me gustan muchas cosas. No os digo ni la mitad de cosas que hago, por suerte para vosotros. Un abrazo, Malbicho. Y de verdad que esta película es muy recomendable, aunque sea un poco angustiosa.

PMM dijo...

Pues yo, lo siento mucho, pero me temo que si es tan angustiosa, prefiero no verla. Decidí hace tiempo, que en mi tiempo libre iba a dedicarme a hacer cosas placenteras,porque para sufrir, por lo menos que se apor obligación. Por eso no veo películas de miedo, no me subo a las montañas rusas, etc.
Reconozco que veces me salto la norma, pero después me quedo fatal y prometo no volverlo a hacerlo.

Sarashina dijo...

Yo soy como tú, que no quiero ver pelis con torturas o con injusticias insoportables, pero es que aquí la angustia es de otro tipo, como honda, como si de verdad te enfrentaras a la estupidez humana. Respecto a las peliculas de miedo, es que no me dan miedo. Me encantan por eso, porque espolean la fantasía sin darme miedo de verdad.