02 mayo 2006

¿Quién era Martin Niemöller?

Martin Niemöller es, quizás, la figura emblemática de la resistencia alemana al Tercer Reich. Había nacido en Lippstadt, Westphalia, el 14 de enero de 1892. Fue teniente de un submarino durante la Primera Guerra Mundial, por lo que recibió una condecoración. Finalizada la guerra se dedicó al estudio de la teología. En 1924 fue ordenado pastor. Entre 1931 y 1937 tuvo a su cargo la iglesia Berlín-Dahlem y, como muchos otros alemanes protestantes, le dio la bienvenida al nazismo cuando asumió el poder en 1933. Creyó, como creyó la mayoría en un comienzo, que Hitler encarnaba el renacimiento del nacionalismo alemán, mitología devaluada por la derrota y los acuerdos de Versailles.

Niemöller compartía con el régimen nazi el desprecio por los comunistas y por la República de Weimar sobre la cual él mismo decía que sólo le había dado a Alemania “catorce años de oscuridad”.

Muy pronto, sin embargo, a comienzos de 1934, la ilusión de Niemöller se desvaneció cuando Hitler subordinó a la Iglesia Evangélica de Alemania con la colaboración de Ludwig Müller, obispo del Reich. Se instauró una suerte de neo-paganismo. El Antiguo Testamento fue abandonado. Todos los pastores fueron obligados a jurar lealtad al Reich bajo la consigna “Un Pueblo, un Imperio, una Fe”. Quienes se opusieron fueron arrestados y muchos murieron en las cámaras de gas. “El Nacional Socialismo y el Cristianismo son irreconciliables”, repetía Martin Bormann, la sombra de Hitler.

Con el objeto de preservar la independencia de la iglesia luterana de los avances del poder totalitario, Niemöller fundó en 1934 la Liga Pastoral de Emergencia y asumió la conducción de la Iglesia Confesional, movimiento opositor que se diferenció claramente de los cristianos simpatizantes del nazismo.

En el marco del Sínodo General de mayo de 1934, la Iglesia Confesional se declaró como la legítima representante del protestantismo en Alemania y atrajo a sus filas a más de siete mil pastores. A sabiendas de cuáles eran los planes que la autoridad tenía para él, Niemöller dijo en uno de sus últimos sermones en el Reich: “Debemos usar nuestros poderes para liberarnos del brazo opresor de la autoridad así como lo hicieron los Apóstoles de antaño. No estamos dispuestos a guardar silencio por mandato del hombre cuando Dios nos ordena hablar”.

Hitler, furioso por la actitud de abierta rebeldía del otrora elogiado ministro de la fe, ordenó su arresto el 1 de julio de 1937. Enjuiciado en marzo de 1938, Niemöller fue encontrado culpable de acciones subversivas contra el Estado y se lo condenó a siete meses de reclusión y a pagar una multa de dos mil marcos.

Luego de cumplir la pena, Niemöller continuó practicando su tenaz desobediencia y fue nuevamente arrestado. Esta vez la condena resultó más severa y debió pasar siete años preso en el campo de concentración de Sachsenhausen bajo la figura legal de “custodia protectiva” y, por órden de Hitler, como “prisionero personal del Führer”. Las tropas aliadas lo liberaron en 1945. Ese mismo año y durante una de sus clases, ya restituído a la vida académica, un alumno, azorado por el relato de Niemöller sobre lo sucedido en Alemania, le preguntó cómo había sido todo eso posible. Luego de meditar unos segundos, le respondió con el famoso poema que conocemos, pero cuya autoría tantas personas desconocen.

En 1947 fue elegido presidente de la iglesia protestante en Hessen y Nassau, cargo que ocupó hasta su retiro en 1964, a la edad de setenta y dos años.

Pacifista consumado, dedicó los últimos años de su vida a predicar sobre el peligro de las armas nucleares, actividad que lo condujo a múltiples encuentros con políticos y organizaciones del bloque soviético. Murió en Wiesbaden, el 6 de marzo de 1984.

Biografía e información

6 comentarios:

León dijo...

Mi querida Clares... disculpa por no haber tenido tiempo para mandarte la receta... recibi una noticia muy desalentadora... te acuerdas que yo solicitaba a un "monje" para solucionar un problema??... pues bien... me siento muy mal... ya sabes... cosas de amor y eso...

Podrias enviarme tu correo? quisiera compartir mi problema contigo y saber tu opinion.

Buen dia Clares.

León dijo...

FELICIDADES Clares!!!

Feliz dia de la madres :)
bueno, todos los dias son especiales para nuestras madres... :)

supongo que este dia es internacional no?...
10 de mayo

Ten un buen dia Clares :)

Anónimo dijo...

León, espero que hayas visto ya mi correo en tu blog. Está también en mi perfil. Gracias por tu felicitación. Te he dejado un comentario ahora mismo, y aludo, claro, a lo reguapo que estás en la foto.
¿Van las cosas un poco mejor? Si es así me alegraré.
Un beso

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
anagasto dijo...

Gracias por el aviso. ¿La traducción es tuya?

No sabía casi nada de Niemöller, salvo que Albert Speer vió salir de la carcel un anciano de aspecto muy demacrado y fue a saludarle: ¡Sr. Nieoller! Y el hombre levantó la cabeza: "¿Niemöller yo?! ¡Soy Thiessen! -- Y en las cenas de Hitler a menudo hablaban de este pastor y de las dificultades que suponía dejarlo en libertad.

Sarashina dijo...

Sí, pude averiguar algo sobre él en una página religiosa, pero no mucho más. Lo que has visto que escribí entonces.
La traducción la hice yo, pero es una traducción muy literal, casi al pie de la letra. No merece la pena, era sólo para que la gente conociera el original tantas veces manoseado y adaptado a cualquier situación, venga a cuento o no, y a veces por quien no debería ni tocarlo. Estudié un par de años alemán y la verdad es que el texto no es nada difícil. Su intensidad precisamente está en su simplicidad.
Saludos muy cordiales
Fuensanta