Mi padre, por la misma fuerza de su biografía, era pacifista sin tener una conciencia clara de ello, es decir, sin adscribirse a este movimiento. Los sangrientos recuerdos de la Guerra Civil obraron su terrible labor en él hasta sus últimos días. Vivió aquel horror en su adolescencia. Cuando se desataba una guerra en cualquier parte del mundo lo sentía como un revivir aquello que nunca se había borrado de su recuerdo. Impresionado por una foto periodística de la guerra de los Balcanes, pintó este terrible cuadro que no es muy conocido y que se escapa de su habitual amabilidad. Estuvo expuesto en el palacio de San Esteban en la exposición retrospectiva, un año antes de su muerte.
5 comentarios:
Me ha dejado frio. Tiene que ser horrible vivir una guerra.
Para ser muchas cosas no hay que adscribirse a nada, supongo, sino ser humano, o un humano medianamente apañao.
Siendo independiente se pueden decir más cosas. Se puede ser más chino en el zapato, porque no tienes que responder ante nada y ante nadie.
Esa es mi teoría, claro.
Y como todo lo mío, puede (solo puede) ser erronéa.
Creo que debe de ser de las peores experiencias que le pueden tocar a un ser humano, malbicho. Te puede tocar de muchos modos, pero en cualquiera de ellos es un destrozo de vidas. No sólo las vidas de los que mueren en combate, sino las que quedan marcadas para siempre.
Pues sí, querido Mameluco, pero a veces se siente la necesidad de adscribirse a ciertos grupos, pues sabes que esa es una forma de presión mayor, a la vez que de información y formación. Eso también depende del grupo, y a veces no es necesario estar en el "grupo" sino que tu pensamiento y tus acciones en ese sentido sean de público conocimiento. Con eso basta.
Una gran reflexión sobre pintura y guerra, con el trasfondo de la locura de los Balcanes, es "El Pintor de batallas", de Pérez-Reverte. De lectura obligada, a veces desagradable, a veces mágica, piensa y hace pensar, mural maravilloso y locura que no te permite dormir. De lo mejorcito sobre el tema, repasando de Goya a los clásicos más clásicos. La guerra y todo lo demás.
Impactante, tremenda y dura, muy dura, pero excelente pintura por su calidad y por la denncia del tema.
Sin palabras.
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