11 mayo 2009

La persiana y un dibujo


Qué fallo más grande, qué descuido y qué poca atención. Me olvidé de poner una de las soluciones, que, además, crea una imagen que a mí particularmente me gusta mucho: las líneas de luz y sombra que las persianas ponen en nuestras habitaciones durante el día.
La foto es de ventana indiscreta. Yo la llamé "la vida de los otros", porque desde mi ventana hice la foto de un dormitorio vecino. Sé exactamente quién vive en esa casa, pero no lo diré. No soy muy cotilla, pero me asomé y vi esa habitación en penumbra, la cama hecha, tan acogedora, y la persiana... No pude reprimir el inocuo disparo de la cámara.



Para compensar y como castigo subo también uno de mis últimos dibujos, donde se ve que progreso adecuadamente, aunque, indudablemente, necesito mejorar. Explico el motivo dibujado. El Calígrafo-Cinéfilo tenía una abuela criada en la Argentina, de donde regresó a España cuando era una jovencita. Nunca más volvió a su origen, pero siempre conservó, entre algunas palabras y expresiones, la costumbre de tomar mate, costumbre que él y sus hermanos han conservado también. Esta es la calabaza y la bombilla preferida para tomarlo, aunque tiene una buena colección. Es un objeto bonito y exótico, no muy difícil de dibujar. El resultado no ha sido malo del todo. Bueno, seguiré en ello, porque es un buen ejercicio de concentración y para mantener las neuronas vivas, las pocas que ya me van quedando con cierto afán de superviviencia. Habrá que echarles de comer para que vivan lo mejor posible. Pobrecicas.

14 comentarios:

Matapollos dijo...

...hay que darles de comer, de beber, sacarlas de paseo, jugar con ellas, llevarlas al cine, castigarlas cuando se portan mal y dejarlas que se diviertan mucho.
Y no dejarlas descansar nunca. Pobrecicas mías.

Cabopá dijo...

Me sumo a la opinión de Matapollos en el tema neuronal, excepto en lo del castigo... Sobre las ventanas y las persianas, tengo yo alguna que otra idea por ahí plasmada en algún cuaderno. Sí las encuentro las colgaré en el blog.Besicos.

Leandro dijo...

Pues yo diría que la cama está deshecha. Y ojo, que se atisba la mano, el brazo y parte del torso del ocupante de la vivienda. Vestido, eso sí

Joselu dijo...

Lo que se puede atisbar a través de las ventanas es suculento. A veces me he preguntado si no viviremos a veces para que alguien nos observe discretamente desde la ventana de enfrente. Las vidas de los otros se convierten en misteriosas por un lado y triviales por otro, y ambas interpretaciones aunque contradictorias cobran su sentido. La vida de los demás siempre suscita interés: la cama, las discusiones, la soledad, los sentimientos, el erotismo (¡mucho!). Sólo hay que ver el éxito que tienen los programas que muestran la existencia cotidiana, con todas sus banalidades o las revistas rosas que sacan como noticia que la famosa de turno ha ido de compras, y ya no digamos si se puede asaltar la intimidad de los citados famosos. La vida de los otros ejerce sobre muchos una extraña fascinación.

Miguel Ángel Velasco Serrano dijo...

Siempre me ha captado la atención las puertas semiabiertas, los pucheros medio tapados, las cajas con la tapa corrida, los sobres con la carta asomando una esquina, las cortinas que no han terminado de cerrarse… Una puerta cerrada o totalmente abierta no encierran interés, aunque ofrezca misterio.

Esa ventana, esa persiana a medias, esa cama semiabierta, es toda una invitación a mirar, sin por ello sentirte curiosón o curiosona; me resulta “bonico” saber que alguien te invita a dudar si sí o si no, colocándote enfrente de la tuya una ventana como ésa; tal vez la próxima vez coincidáis y os miréis, y os sonriáis, sin más, reconociéndoos, marcando un poco la distancia y también el respeto, pero nunca negando, de un golpe de cuerda, con una bajada brusca, cerrando a cal y canto toda posible complicidad y relación.

Ya ves, me gusta esa ventana. Y por tanto, no siento tu olvido de ayer, que ha dado pie para esto otro que nos ofreces.

Vaya un saludo, Clares, un saludo cordial.

Sarashina dijo...

En efecto, se vislumbra, pero no se ve a primera vista, que es lo sugerente. Y la cama, que ha estado ocupada, está tan ordenada y acogedora, mullida, que no está en realidad "deshecha", sino hecha a la medida de la persona que la ocupa, a la que conozco sólo de verla por la ventana. Puede ser, Miguel Ángel, que algún día nos miremos, pero lo dudo. Esa persona sale poco a la terraza y yo tampoco me prodigo mucho por los balcones. Ahora a lo mejor, puesto que he puesto unas preciosas macetas y saldré a regarlas, pero esa persona no está en condiciones de mirar para mi balcón.

Joselu, cuando hice esa foto pensé en toda esa fascinación que sentimos por la "vida de los otros", como se ven en la película "la ventana indiscreta" o en la película esa tan preciosa de título "La vida de los otros", que vi con tanta emoción. Es que somos "noveleros", esa es la verdad.

Espero esa entrada, Cabopá, con interés. A ver si el jueves nos conocemos. Ya sabes, la que te digan que es la hija mayor, esa misma soy yo. Un beso

Sándor dijo...

La verdad, a mí siempre me ha gustado mirar a los balcones, no por cotillear que hace el vecino (los que me conocen sabrán que no soy precisamente cotilla, ), si no más bien ver como la gente mira por los balcones, pensándose internamente que nadie les mira, que son los únicos que contemplan la calle y la inmensidad de su multitud en lugares como la gran vía murciana, pensar en que estará pensando quizás que alguien abajo pueda estar a su vez mirando a su balcón o ventana desde donde mira como bulle la calle, es una escena que a mí sinceramente siempre me produció una profunda impresión desde pequeño. Por eso mismo me impresiona tanto esa fotografía de la ventana y su persiana, es algo, como han dicho ya antes que yo, algo fascinante, (pensar en que esa otra persona que habita allí tiene toda una vida encima, tan cotidiana puede ser como cualquiera otra, con sus recuerdos y sus pensamientos, en fin, varios años de vida, lo encuentro impresionante).
En cuanto al dibujo, muy bien echos los grises, está muy bien realizado, ánimo que vas mejorando dibujo a dibujo.
Un abrazo.
PS: No pude intentar averiguar los acertijos del fin de semana, ya que estaba frito ya cuando el domingo a las nueve de la noche vi la entrada, pero bueno, me has echo pensar un rato, y hasta pude llegar a adivinar un par, gracias por el "ejercicio".
Sanyi.

supersalvajuan dijo...

Un buen dibujito, un buen dibujito.

Sarashina dijo...

Sanyi, me encantan tus comentarios, son incluso impropios de tu edad y denotan una gran madurez, aunque también se te nota un poco el bilingüismo, por ciertas confusiones. La ortografía, que hay que cuidarla un poco. Un besico de la madrina. Y sigue visitándome, aunque te riña un poco, porque es un lujo tener un comentarista como tú.

Gracias, supersalva, que me pone muy orgullosa esa frase repetida. Y me anima a seguir dibujando, para cuidar las neuronas y para hacer algo bonito de vez en cuando.

Anónimo dijo...

La persiana es mi preferida. Siempre me han resultado emocionantes. Mis persianas preferidas eran las de la casa de una tía de mi madre, en un pueblo albaceteño, casi murciano (Tobarra) donde en mi infancia, la siesta era obligatoria, pero de las de verdad, con pijama y orinal. La tía Nati desenrrollaba las persianas verdes hasta el suelo, cerraba bien los póstigos (para que no entrará "la calor") y me dejaba alli. Yo entonces me dedicaba a estudiar atentamentem, con los ojos semiguiñados, los efectos de los rayos del sol que se colaban entre las maderitas de la persiana, creando n mundo de sombras y universos flotantes de minúsclo polvo.

Mira la que me has liado Clares con la persiana, jajajaja, las historias del abuelo Cebolleta. jajajaja.

Eme (Nada que ver con eme dj)) dijo...

La ventana indiscreta, buena película.

Sarashina dijo...

Pues anda que tú, Ernesto, de lo que me he acordado... de unos lomos de orza que nos comimos en Tobarra con unos estupendos amigos, por los años ochenta o así, cuando yo no era tan mística flor. Mi amiga es una tobarreña de pro. Y lo de las persianas es una maravilla. Hacía yo lo mismo que tú con el polvillo que flotaba en las rayas de la persiana, siempre pensé que eran hadas diminutas o duendes. Qué soñadora es la infancia.

Rafa dijo...

la vida de los otros, qué bonica, la ventana indiscreta también.
Yo que vivo en el extrarradio tengo una ventana que da a un hombre que es escultor, no sé lo que me ocurre a mí con las esculturas que me quedo horas y horas y el tiempo no transcurre.
Supongo que conoces el poemario con el que Blanca Andreu se dio a conocer:
DI QUE QUERÍAS SE ESTATUA...

Pilar dijo...

Creo, Clares, que tus neuronas no corren peligro, pero vamos, quee stá muy bien dibujar, y nunca se te dio mal...esas muñecas recortables con sus vestiditos ¿te acuerdas? jajaajajaj
auténticas joyas.