Una tiene su pequeña -incluso a veces grande- vanidad. Una escribió una novela y no hay forma de publicarla. Quien la ha leído, al menos lectores sin malear por la marea de fantasías y literaturas, se han quedado tirados leyendo hasta el final, pero quizás eso no basta. Y cuando más hundida estoy, pensando que quizás no vea la luz la historia del abogado penalista, con sus montones de historias alrededor, llega Wilma y me pone una crítica entusiasta en su blog. Tengo que darle las gracias, desde luego, pero además mi vanidad y mi agradecimiento, las dos cosas, me inclinan a poner un enlace aquí para que, si alguien entra pueda leer lo que Wilma dijo. Es una buena amiga, pero también una lectora voraz y experta. Me halaga, qué le vamos a hacer.
3 comentarios:
:)
Estoy segura de que este mismo año que comienza publicarás tu novela. Un beso, Aurora
Gracias, Aurora, por el ánimo que me das. Si tú se lo has pedido a los Reyes, como a ti no se te puede negar nada, pues puede ser que se me aparezca el editor de mi vida y me la publique. En esa brecha sigo.
Por cierto, ¿por qué no pones tu enlace en tus comentarios? Me facilitaría mucho visitarte de vez en cuando.
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