Hoy ha sido el día 8 de marzo. Es una obviedad, pero no lo es cuando con esa fecha nos referimos al Día de la Mujer, o de las Mujeres, como sería quizás más correcto -políticamente- decir. Hoy, algunos periódicos, como Público, dedican páginas enteras al tema. Pero ayer las noticias eran más bien tristes y preocupantes.
Recién llegada de mi viaje a Almagro, al que dedicaré algunas palabras más adelante, me encuentro con una portada de El País para poner los pelos de punta, y a la vez para revitalizar el viejo tema de la controversia entre multiculturalidad o interculturalidad, y hasta qué punto cada comunidad conviviente en un territorio puede llevar a cabo sus "costumbres", cuando éstas atentan contra los derechos humanos, contra la imprescindible libertad individual o contra los derechos de menores. Me refiero al caso de Selamha, la joven mauritana de dieciséis años casada hace tres con un primo suyo de cuarenta y violada por un "marido" que creía estar ejerciendo su derecho. Ante la resistencia de la niña, surgieron las amenazas de los padres y la escapada de la hija hacia donde pudo, los vecinos que le habían ayudado siempre: denunciaron y de ello resultan detenidos los padres y el marido, de paso por España.
Varias cosas hay que considerar aquí. La familia lleva en España desde finales de los años ochenta, lo que quiere decir que han tenido tiempo sobrado de enterarse de las leyes y costumbres que aquí rigen; en su favor habría que decir que la integración de algunas nacionalidades y de determinadas personas, analfabetas e ignorantes, es muy difícil en general. Apenas hablan español y se supone que viven aislados y sin demasiado contacto con los vecinos, ni leen periódicos, por supuesto, ni ven la televisión española ni oyen la radio. Los hijos, sí. Quiero decir, que las hijas y el hijo que tienen, dos de ellos nacidos ya en España, van a centros educativos españoles, hablan español y serán ya unos casi españoles. Van de un mundo a otro con salir a la puerta de la calle o volver del colegio. Pero los padres siguen siendo mauritanos en todo el sentido de la palabra. Se enfrentan padres y marido ahora a la justicia española, con todo el peso contra el maltrato, contra el matrimonio forzado, contra la violación de menores. A mí me parece bien, y mejor me parece que la chica esté protegida y alejada de su familia, cuando su familia se ha convertido en una amenaza para su dignidad y libertad. No me parecerá tan bien que se condene severamente a los padres y al marido, porque, aunque el desconocimiento de las leyes no exime de su cumplimiento, hay que tener en cuenta todo lo dicho acerca de su situación. Pero a mi parecer este problema, que es el mismo de la ablación en niñas africanas que viven en nuestro país, habría que atajarlo con mediación y educación social para inmigrantes. Vienen, a pesar de lo que pueda decir la extrema derecha, porque los necesitamos, y porque buscan una vida más desahogada y digna en nuestro país, pero tienen que estar donde están y a las leyes del país que los acoge.
Mauritania pide a España comprensión. Bien, tendrán comprensión. Pero sólo eso. La justicia es otra cosa. Y tienen que entenderlo.
También leo otro caso relativo a menores, este fuera de nuestro país. En Brasil, una niña de nueve años es violada por un pariente y queda embarazada de gemelos, para más horror. Un equipo médico le practica un aborto. Sólo hay que imaginar a una nena de nueve años, además de violada, embarazada. No hay discusión, a mi parecer. La Iglesia brasileña ha excomulgado a todo bicho viviente alrededor de este caso. El Obispo erre que erre. Recuerdo hace unos años un caso semejante en Nicaragua. Se llevó a cabo el aborto y la Iglesia tomó la misma actitud. Recuerdo también que el cardenal Carlos Amigo fue la única voz que pidió misericordia. Veinticinco mil personas pedimos en ese momento ser también excomulgadas por nuestro apoyo al equipo médico y a la familia de la criatura, que también tenía nueve años. Al cabo de cierto tiempo de haber pedido voluntariamente la excomunión, recibí una sutil contestación diciéndome que no, que habíamos firmado aquello como testimonio. Pues claro que era testimonial, pero testimonial de nuestro punto de vista ético en el caso, y desde luego nada acorde con la ortodoxia católica.
No sólo estaban estos dos casos terribles. También la triste satisfacción de ver condenado al asesino de la joven Svetlana a veintiún años de cárcel. Fue el caso aquel que puso a los programas de exhibición humana y victimismo en la picota social, pues este energúmeno apuñaló a la mujer cuando ella se negó a volver con él después del programa de televisión, al que fue engañada, pero que sirvió para que el canalla la localizara.
Y ya para terminar, en la misma página del periódico encuentro a un tipejo que asfixia a su mujer y se tira por la ventana. Bien podría haberse tirado antes.
Añadimos que la crisis golpeará como siempre a los sectores más débiles, y que uno de esos sectores son siempre las mujeres, con trabajos más precarios, con salarios más bajos.
Recién llegada de mi viaje a Almagro, al que dedicaré algunas palabras más adelante, me encuentro con una portada de El País para poner los pelos de punta, y a la vez para revitalizar el viejo tema de la controversia entre multiculturalidad o interculturalidad, y hasta qué punto cada comunidad conviviente en un territorio puede llevar a cabo sus "costumbres", cuando éstas atentan contra los derechos humanos, contra la imprescindible libertad individual o contra los derechos de menores. Me refiero al caso de Selamha, la joven mauritana de dieciséis años casada hace tres con un primo suyo de cuarenta y violada por un "marido" que creía estar ejerciendo su derecho. Ante la resistencia de la niña, surgieron las amenazas de los padres y la escapada de la hija hacia donde pudo, los vecinos que le habían ayudado siempre: denunciaron y de ello resultan detenidos los padres y el marido, de paso por España.
Varias cosas hay que considerar aquí. La familia lleva en España desde finales de los años ochenta, lo que quiere decir que han tenido tiempo sobrado de enterarse de las leyes y costumbres que aquí rigen; en su favor habría que decir que la integración de algunas nacionalidades y de determinadas personas, analfabetas e ignorantes, es muy difícil en general. Apenas hablan español y se supone que viven aislados y sin demasiado contacto con los vecinos, ni leen periódicos, por supuesto, ni ven la televisión española ni oyen la radio. Los hijos, sí. Quiero decir, que las hijas y el hijo que tienen, dos de ellos nacidos ya en España, van a centros educativos españoles, hablan español y serán ya unos casi españoles. Van de un mundo a otro con salir a la puerta de la calle o volver del colegio. Pero los padres siguen siendo mauritanos en todo el sentido de la palabra. Se enfrentan padres y marido ahora a la justicia española, con todo el peso contra el maltrato, contra el matrimonio forzado, contra la violación de menores. A mí me parece bien, y mejor me parece que la chica esté protegida y alejada de su familia, cuando su familia se ha convertido en una amenaza para su dignidad y libertad. No me parecerá tan bien que se condene severamente a los padres y al marido, porque, aunque el desconocimiento de las leyes no exime de su cumplimiento, hay que tener en cuenta todo lo dicho acerca de su situación. Pero a mi parecer este problema, que es el mismo de la ablación en niñas africanas que viven en nuestro país, habría que atajarlo con mediación y educación social para inmigrantes. Vienen, a pesar de lo que pueda decir la extrema derecha, porque los necesitamos, y porque buscan una vida más desahogada y digna en nuestro país, pero tienen que estar donde están y a las leyes del país que los acoge.
Mauritania pide a España comprensión. Bien, tendrán comprensión. Pero sólo eso. La justicia es otra cosa. Y tienen que entenderlo.
También leo otro caso relativo a menores, este fuera de nuestro país. En Brasil, una niña de nueve años es violada por un pariente y queda embarazada de gemelos, para más horror. Un equipo médico le practica un aborto. Sólo hay que imaginar a una nena de nueve años, además de violada, embarazada. No hay discusión, a mi parecer. La Iglesia brasileña ha excomulgado a todo bicho viviente alrededor de este caso. El Obispo erre que erre. Recuerdo hace unos años un caso semejante en Nicaragua. Se llevó a cabo el aborto y la Iglesia tomó la misma actitud. Recuerdo también que el cardenal Carlos Amigo fue la única voz que pidió misericordia. Veinticinco mil personas pedimos en ese momento ser también excomulgadas por nuestro apoyo al equipo médico y a la familia de la criatura, que también tenía nueve años. Al cabo de cierto tiempo de haber pedido voluntariamente la excomunión, recibí una sutil contestación diciéndome que no, que habíamos firmado aquello como testimonio. Pues claro que era testimonial, pero testimonial de nuestro punto de vista ético en el caso, y desde luego nada acorde con la ortodoxia católica.
No sólo estaban estos dos casos terribles. También la triste satisfacción de ver condenado al asesino de la joven Svetlana a veintiún años de cárcel. Fue el caso aquel que puso a los programas de exhibición humana y victimismo en la picota social, pues este energúmeno apuñaló a la mujer cuando ella se negó a volver con él después del programa de televisión, al que fue engañada, pero que sirvió para que el canalla la localizara.
Y ya para terminar, en la misma página del periódico encuentro a un tipejo que asfixia a su mujer y se tira por la ventana. Bien podría haberse tirado antes.
Añadimos que la crisis golpeará como siempre a los sectores más débiles, y que uno de esos sectores son siempre las mujeres, con trabajos más precarios, con salarios más bajos.
¿Decía alguien que el feminismo ya no tiene nada que hacer en esta sociedad?
Más que nunca.
Más que nunca.
21 comentarios:
El caso de la joven Selamha me ha interesado mucho cuando lo he leído. Me asombra su valor y decisión de enfrentarse a la decisión de esos padres desalmados -por mucho que les den coartada las costumbres de su país- que desoyen a su hija y la entregan a un hombre mucho mayor cuando ella es todavía una niña y que la amenazan con lapidarla si no obedece. Merecen un castigo claro, pero tranquilos, dada su falta de antecedentes, está claro que no irán a la cárcel, pero sí que merecen una condena enérgica para alentar a futuras muchachas que se encuentren en una situación semejante -que no son pocas-. Ayam Hirsi Ali-somalí y musulmana- que fue casada también sin su consentimiento, logró huir de su marido y de sus padres, y se ha dedicado a denunciar que el Islam es una religión opresora de la mujer, y de ello no nos faltan pruebas como ésta. Cierto progresismo no quiere hablar de esto para no enturbiar las relaciones interculturales, pero es verdad. La mujer es un cero en el mundo del Islam, sea por tradición, por ideología o por lo que sea. Bienvenidas sean esas mujeres con ovarios que se niegan a ser aplastadas por sus padres y el Islam. Chapeau,Selamha, aunque para ti habrá sido terriblemente doloroso lo que has hecho. Te has quedado sin nada, sin familia, sin referencias, sin tradición. Ojalá puedas encontrar un mundo que te acoja. Su situación no es fácil.
Comprensión para los padres de la niña, vale. Los pobres no han tenido ocsión, según parece, de incorporarse al machismo moderno y permanecen en la etapa medieval, que es lo mismo pero a lo bestia y sin disimulos. Pero comprender a Mauritana, nada de nada. Lo digo como un deseo, porque fíjate, Clares, lo que pasa con Afganistán, a la que íbamos a salvar de los talibanes. A los Poderes les da lo mismo, salvo en casos particulares y muy llamativos como el de Selamha.
En cuanto a la iglesia, ya sólo me sale decir que como se presente Diocleciano a presidente del gobierno, lo voto.
(Así que en Almagro de juerga, qué suerte. Estuve el año pasado en semana santa y nos calló una chupa de agua que ni qué, además de hacer un frió helador, como dice mi hijo, ferio que combatimos jugando al pilla-pilla en la plaza mayor cuando escampó.)
Sobre el día de la mujer. Hoy nos hemos reunido a comer 5 matrimonios en una casa con jardín: mesa repleta de viandas, niños corriendo de aquí para allá, risas, charlas de todo tipo... Y ni una palabra sobre el día que se conmemora. Yo creo que ninguno sabíamos que fuera hoy, sinceramente. Y mi pregunto si a un determinado nivel hay cosas a las que no les prestamos atención. Puede ser.
Joselu, como dice mobesse, los padres no han tenido ocasión de incorporarse al machismo moderno, en una frase ironica, pero que resume la idea principal. Están en la edad media respecto al asunto. En los paises desarrollados, el machismo sigue existiendo en formas mucho más sutiles. La violencia contra la mujer es estructural y lo más difícil de cambiar son las estructuras. Este caso es llamativo porque se da aquí y ahora, pero no podemos ignorar que es caso común en muy buena parte del mundo. Y que lo avanzado aquí es mucho, es cierto, pero no hay igualdad ni la habrá en muchísimos años. Lo dicho, comprensión sí, vale, pero para la joven protección y justicia. Tiene que saberse que aquí esas cosas no pueden ser.
Contigo, como siempre, de acuerdo, mobesse. Yo a Diocleciano no lo votaría, no fue precisamente un buen emperador, pero bueno, para lo que hay. En todo caso tendrías que haber estado en las urnas cuando Constantino, porque así las cosas serían ahora muy distintas.
Profe, que ya lo sé, que en ciertos niveles no se está al tanto, pero la sociedad está ahí, permeando todas nuestras actitudes. Hay que ser bien consciente de las cosas.
Y no he estado de juerga, amigo, que he estado con sesenta adolescentes que me han machacado. Hoy estoy mala, con la alergia a tope y con migraña. Una pena de profesora.
¡¡Vaya juerga!!
:P
La primavera amenaza con llegar detrás de estos vientos sembrados de polenes. ¡cuidate!.Verdaderamente las historias de mujeres que sufren indignidades son tan frecuentes,que debería sonrojar a más, muchos más. Todos los días deberían ser ocho de marzo. Besicos.
Siempre habrá en las poblaciones inmigrantes restos de atavismo que se resisten a desaparecer. La integración no es fácil, y por lo que vemos tiene un carácter minoritario, excepcional. Los hábitos permanecen en la mayor parte de los casos acantonados en mentalidades refractarias al cambio, que permanecerán impermeables para siempre. Los conflictos generacionales no tardan en aparecer a medida que los hijos se abren a la cultura y a las costumbres de las sociedades de acogida. Lo que ha sucedido con esa niña mauritana me temo que no va a ser un hecho aislado, aunque va a servir para sentar una jurisprudencia clarificadora conforme con la legislación que prohibe y penaliza compartamientos que contravienen la legislación del Estado y los derechos humanos. La mujer siempre lleva la peor parte. Es una batalla lenta, excesivamente lenta, que impregna nuestras sociedades hasta extremos que nunca pensamos hace años que pudiera suceder.
Por fin puedo dejar mi comentario. No sé qué ha pasado, pero no he podido hacerlo antes, no se abría el espacio correspondiente en tu blog, aunque quizás el origen del fallo esté en mi línea, que es lenta.
El caso es que ahora que puedo hacerlo no tengo palabras. Claro que me puedo escudar en el hecho de que hoy ya es 9 de marzo, y se ha pasado la fecha. Pero no lo haré; es sencillamente escandaloso para nuestro nivel de cultura y de desarrollo humano y tal y tal que, en lugar de celebrar que las mujeres ya no tienen nada que reprochar a nadie porque existan derechos conculcados, en 2009 sucedan hechos sangrantes en toda la superficie del planeta, y que las tres mujeres que mencionas lejos de ser casos aislados y excepcionales son en realidad una pequeña muestra de los auténticos crímenes contra la humanidad que se dan y no llegan a nuestro conocimiento, sencillamente porque es más importante si gana el Barça o Nadal nos ofrece la eliminatoria.
Si a “todo eso” unes lo de ese mequetrefe impresentable excomulgando al personal, ya ni te cuento.
En fin Clares, otros años he celebrado este día con más entusiasmo y alegría con mis compañeras, pero este año lo tengo chafado. ¡Qué se le va a hacer!
no conocía el caso de Brasil...
Esto es lo que hay, Cabopa, que todos los días tendría que ser ocho de marzo. Para algunas mujeres lo es cada día, porque están en ello. Nos falta incorporar a los hombres, pero veo que cada día son más. Sólo hay que leer a Fernando, a mobesse, a Miguel Ángel... Los otros, que dicen menos, no son tampoco machistas ni están del lado de lo patriarcal, desde luego, pero han tomado menos conciencia del problema o están ocupados con otras cosas.
Sí, Ramón, muy duro el caso, pero no está solo. Ya te digo que hace unos años ocurrió también en Nicaragua y fue un caso previo en el que la Iglesia hizo lo mismo.
Estoy con vosotras, doy mi apoyo completo y sin restricciones de ninguna clase.
Queda mucho por hacer, pero sobre todo a nivel social y familiar.
Es lamentable que todavía existan mujeres (madres jóvenes) que traten de una forma desigual a sus hijos varones y con respecto a las niñas. Siempre están con el dicho ... "deja eso, que es de niñas" (por ejemplo). O les eximen de las obligaciones del hogar.
Lo que sí que no entiendo, es que haya hombres cuarentones que sean mucho más igualitarios y feministas que esas madres veinteañeras.
Creo que la igualdad jurídica es real (aunque haya casos aislados y sangrantes). Hablo de España y Europa, por supuesto.
Propongo que todos eduquemos a nuestros hijos por igual y sin complejos. Las tareas de casa y la educación, han de ser esos elementos de unión entre hombres y mujeres. Evitemos las divisiones sexistas.
(qué triste lo de los colegios divididos por sexos).
Somos diferentes, pero IGUALES.
Bueno, las mujeres sois superiores y nos dáis lecciones todos los días.
Para mí, hoy empieza el día contínuo de conmemoración y agradecimiento hacia las mujeres.
Es fácil ser hombre y decir todo esto desde un ordenador.
Gracias y mis felicitaciones a todas las mujeres.
Gracias por darnos la vida.
Toni Sagrel.
Nunca me ha gustado celebrar esta serie de fechas porque eso quiere decir que todavía hay una situación de discriminación. Es decir, no se celebra el día del hombre, ni el día del heterosexual, y por algo es ¿no?
Pues mi afán es que algún día no haya que celebrar el día de la mujer porque haya un día en que todos seamos iguales de verdad.
Pero por ahora no lo somos, no hay más que ver esto que cuentas y las cifras que ayer daban las noticias de cualqueir medio de comunicación con respecto al trabajo fememenino, al sueldo que se cobra, al analfabetismo, etc. Todavía queda mucho camino por andar, y aunque en España, la cosa ha mejorado mucho, sí es necesaria todavía una gran movilización social. Cada uno en su medida.
A mi, como cualquier día de estos, me da repelús. ¿Hace falta un día de verdad? Las cosas se consiguen, sin prisa pero sin pausa, y las reivindicaciones con sloganes manidos son la base de que la gente pase de estas cosas. Al menos a mi me pasa.
El pueblo unido jamás será vencido es una de las frases que más gracia me hacen, porque el hombre (bueno, pondré hoy el nombre especifico para no ofender susceptibilidades) el género humano es el único capaz de tropezar con la misma piedra "cienes" y "cienes" de veces. (¿Cuantas veces se le ha ganado al pueblo?)
En cuanto a los mauritanos estos, yo no soy tan tolerante. Me da igual que vengan del Congo o de la Antártida. En este país no se deben permitir esas cosas.
Hay mucho doble rasero demasiadas veces. Cuando arremetemos contra nuestro enemigo natural (por cercanía) que es la Iglesia Católica todo está bien visto. Pero parece que no nos podemos inmiscuir en lo que hagan otras confesiones (en especial el Islam), por eso de la tolerancia y la flotante acusación de xenofobia. Yo no tolero ninguna religión. Si no me parece bien la que tienen mis padres, como para parecerme bien las que son extrañas y bárbaras (en su doble sentido, por ídem y por extranjeras). Si, y lo digo sin que se me caigan los anillos. Yo toda la diversidad cultural que se quiera (manifestaciones culturales son escrituras, músicas, artesanía, etc). Pero si su diversidad es que arrancan el clítoris a las niñas y propagan una religión, que con su pan se lo coman.
Respecto a los católicos a mi no me sorprende ya nada. Como dice Mobesse, a los leones.
Pues en efecto, yo creo, PMM, que el día en que no haya día de esto y de lo otro, será porque se ha conseguido una sociedad más justa e igualitaria. De momento, todos los días tendrían que ser ocho de marzo, y de hecho para algunas mujeres comprometidas así es. No está mal que un día se dedique a recordar que el problema existe y que todos, hombres y mujeres, tomemos conciencia de ello.
Lo mismo te digo, Mameluco, pero añado que las consignas no son precisamente mi fuerte. Sólo me gustan cuando surgen directamente del pueblo, cuando la gente las dice porque les salen del alma. De todos modos, hay algunas frases que merecen oro: "No puedo ser la mujer de tu vida, porque soy la mujer de mi vida", esa es una, o "Lo privado es político", y otras semejantes.
Respecto a la Iglesia, qué me vas a decir que yo no sepa o no haya sufrido más o menos directamente. Pero tanto como los leones, pues no, porque no todo el mundo es igual, y además estoy contra cualquier clase de violencia, ya lo sabes. Supongo que tus leones serán como los de las Cortes, simbólicos.
Toni, gracias por tu apoyo y conciencia. Sí que es verdad que queda mucho por hacer, y la mayoría es sin duda trabajo educativo. Poco a poco, todo irá mejoranto.
De la ortodoxia católica mejor no hablar.
Eso sería similar a plantearse si el pacifismo, o la ecología, o cualquier valor universal ya dejó de tener sentido. Temas comunes en esta aldea global, que tiene las ventajas del conocimiento.
En la foto de la noticia se veía a los padres en una casa aocmodada, y la palabra quiere decir eso, no de dinero. Estoy contigo, la ley es la que tiene que juzgar, la que valora, y estoy segura que tendrán un juicio justo con ojos internacionales. También el conocimiento da eso, el que ese hombre y esa mujer no tienen al hacer algo así con una persona, sea hija, hermana, amiga. Eso es trato de mujeres puro y duro, y consentido. Desde luego, imposible dejar de mirar.
Un besico, y felicidades cada día.
De acuerdo, Pilar, se atienen a la justicia de aquí, con lo bueno y con lo malo, y nada más. La comprensión es para otras cosas, incluso la justicia tiene atenuantes y cosas así, pero el hecho hay que juzgarlo y sentenciarlo como corresponde. No sólo es trata de mujeres, es trata de menores, que es peor.
A los leones del olvido...
Justo a esos leones, me parece bien. Que cada cual en su fuero interno crea y rece a quien quiera, sin imposiiones externas ni dogmas ni moralinas que no nazcan directamente del contrato social, de la necesidad de convivir en paz. Un abrazo.
¡Ay Carmela!
mientras no se tiren por la ventana antes de asfixiarnos, mientras exista la dominación claramente representada en la prostitución, las violaciones ejercidas como derecho, los insultos desde una supuesta superioridad, etc, etc...seguiré siendo feminista.
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