18 marzo 2009

Los hijos de los linces


Yo también soy una lince. Señores obispos, cuando decidan manipular a alguien en una campaña demagógica y sensiblera, manipulen a sus hijos, no a los míos ni a los de los seres humanos.

Por otra parte, les diré que se preocupen de convertirse ustedes mismos en especie protegida, porque según datos últimos se están quedando en cuadro. A este paso, ni los autobuses van a querer escucharlos, y desde luego, ni las linces ni las mujeres quieren ya nada con ustedes, con sus sensiblerías estúpidas, su doble moral y su paternalismo.

Y si tanto adoran a un puñado de células en formación, por favor, veneren más a un montón de células ya convertidas en seres humanos, condenen los crímenes de las dictaduras, incluida la española, a cuyo dictador pusieron bajo palio, en clara confusión de adoraciones, condenen la pena de muerte, y no condenen a miles de personas a morir de sida y otras enfermedades.

A los linces déjennos tranquilos. Y a los niños. A los niños también, en todos los sentidos, ustedes ya me entienden.

14 comentarios:

Mameluco dijo...

Ojalá los señores obispos fueran cual ammonites y estuvieran extintos desde hace mucho tiempo.

Si van a ir al Reino de los Cielos no debería preocuparles tanto la vida, y más su paso a mejor vida, como dicen ellos.

Cambio linces por curas. Los linces bien gordos y comíos y numerosos, y los curas, metidos en reservas (con verjas a poder ser).

Cabopá dijo...

No me sorprende nada de "estos";creo que estan desesperados por la perdida de "almas".Por qué no se desesperan por el hambre y reparten sus viandas. Por qué no inervinen en la industria farmaceutica y reparten menos ideas ultras que producen tanto eco en sus fieles, dispuestos siempre a enviar cruzadas... Me irrita profundamente la opinión del P.a.p.a sobre el condón.

Miguel Ángel Velasco Serrano dijo...

Cuando mi madre se refería a alguien más avispado o listo de lo normal decía «¡menudo lince!»
A mí no me aplicó, que yo recuerde, esa calificación. Me describía de otra manera: mañoso, apañao, resolutivo (esa palabra no pertenecía a su vocabulario, la sustituía por esto: tú todo lo arreglas), y así…
No he visto nunca un lince en la realidad. Quizás en el Zoo de Madrid exista, pero el día que lo visité debía estar de vacaciones.
¡Ojalá fuera yo un lince! Encontraría la manera de salir del atolladero en que nos están metiendo los unos y los otros.

Esta campañita de las narices es una sandez, incluso diría que hasta pornográfica, pero no sé si debo llegar a tanto.

En fin, Clares, que es una pena que se digan estas cosas y que no sean sólo cuatro gatos los que las dicen, que son algunos más.

PMM dijo...

Yo también he colaborado con la campaña en mi blog. Merece la pena.

Anónimo dijo...

Estupendo tu articulo, muy bueno, Clares, me gusta mucho.
¿Sabéis que los curas son los únicos a los que todos los niños les llaman "padre", excepto sus hijos que les llaman "tio"?


Un fuerte abrazo.

SuperWoman dijo...

Amen ;)

Anónimo dijo...

Deberían de proteger a la otra iglesia católica totalmente distinta, la misionera solidaria, la de la teología de la liberación, la cercana y minoritaria que, con estos obispos gastándose la pasta en publicidad, está como el lince, a puntito de la extinción.

Anónimo dijo...

Pues yo si me dan a elegir entre un lince y un hijo, esto, ehnn...ohg

Anónimo dijo...

Decía el señor de lo Absurto (un tal Martínez Camino) que para salvar a ese niño de Sevilla -que padecía una enfermedad crónica y muy grave-, habían tenido que matar a 8 embriones.

En fin, que para que naciera el hermano (medicamento) y que le había dado la vida al enfermo, tuvieron que sacrificar o asesinar a 8 futuros cristianos.

Supongo que ahora los llevaran a los Altares y como auténticos mártires, o algo así.

El "Absurdo" no dijo nada sobre los niños (ya nacidos) que pasan hambre y necesidades de todo tipo. Esos no cuentan.
¡ Qué pena de individuos !

Saludos laicos. Toni Sagrel.

P.D.: y por supuesto ¿ qué tiene que ver el pobre lince con todo esto ?

Anónimo dijo...

Jolín con la campañita de la Iglesia, parece cosa de el cura de "El día de la Bestia".

Sarashina dijo...

La cuestión del aborto es peliaguda. Hay muchas teclas que tocar y no todas suenan igual. Pero realmente, no es eso lo que se critica aquí, como todos habéis comprendido, sino el que la iglesia, en sus sectores más rancios, se inmiscuya en las leyes civiles, y encima con una campaña demagógica, sentimentaloide, manipuladora. Son los de siempre con lo de siempre.

Matapollos, se me olvidó darte algún premio en lo de las orejas, que tú acertaste muy bien, pero es que se me fue el santo al cielo copiando rutas de enlace antes de irme al campo. Un besico.

La del Planeta dijo...

Vergonzonsa la campaña. Ya está bien que estos señores retrógrados sigan teniendo voz en nuestra sociedad.
Ya era hora de que el gobierno sacara una ley del aborto sin hipocresías y afrontara este tema. Por ello no van abortar más mujeres de las que lo hacen actualmente, la diferencia es que en lugar de hacerlo en una clínica privada lo harán por la seguridad social.

Mobesse dijo...

A mi me gusta que la iglesia tenga unos obispos tan pleistocenos como los que aparecen en los medios y un papa que parece de diseño (si no te comes la comidita viene Benito y te come a ti. ¡¡No, menito no, menito no!!). A este paso me va a dar tiempo de verla en la lista de "Sectas peligrosas".
Sin embargo, ya adivino qué otras instituciones oscurantistas vendrán a ocupar el vacío eclesiástico.
Casi me da más miedo la otra, la que dicen que es solidaria y misionera. Me da una cosa.

Anónimo dijo...

Los premios están muy bien dados.
No me canso de repetir que el premio es siempre este blog y todo lo que en él se va descubriendo.
Besos.