Hace un par de semanas, cuando estaba en la vorágine de término de trimestre, en la ciudad llovía y no tenía ni maldita la gana de ir a ponerme mística en el tai chi. Me enteré de que en la Cámara de Comercio de Murcia daban este ciclo de conferencias, y allá que me fui, un salón tan acogedor y tan calentito, que ni se notaba que la primavera este año nos estaba haciendo pirulas sin parar.
Si no fuera por el tema, todos tan contentos. El tema era la crisis, concretamente, la capciosa pregunta de hasta qué punto los medios de comunicación contribuían al pánico y a que la grieta fuera aún más grande. Nada de nada, dijo Joaquín Estefanía, los medios, de hecho, también están sufriendo la crisis. Y debe de ser verdad, que en El País ya han quitado el suplemento para niños, El Pequeño País, que las mujeres y los niños, siempre primero. La conferencia fue interesante, eso es cierto, y no estaba Estefanía solo, sino acompañado de otros excelentes periodistas de muy diferentes signos políticos, porque eso fue lo primero que reconoció Estefanía, que los periódicos tienen color, y vaya que si lo tienen, que una no puede comprar Público o El País sin que la mire mal el que se está llevando La Verdad (local muy conservador), el ABC o La Razón. Dijo lo que todos sabemos, según una acreditada encuesta: que los españoles (y sólo algunas españolas, pues son mayoritariamente hombres los que compran el periódico) escogemos los medios de comunicación en función de nuestra ideología, al menos en radio y prensa. No tanto en televisión ni en prensa local. Que desde 2004 se había dado una polarización política muy dura con un desvío grande de los medios conservadores hacia la derecha, mientras los progresistas se mantenían como siempre, y que tienen un gran impacto en la valoración de candidatos a las elecciones y sobre la decisión de voto. Nada nuevo hasta aquí.
Habĺó de la crisis como de una verdadera enfermedad, pues su virus original ha mutado y se ha ido haciendo más agresivo y duro: crisis hipotecaria, crisis alimentaria, y finalmente estanflación. Cuando eso pasa a la economía real se convierte en paro y en inflación, todo lo cual lleva a la temida deflación. Sobre las causas apuntó a que había un poco de todo: sistema financiero, falta de crédito, parón económico. Sin embargo, apuntó que los medios no tienen por qué sembrar más alarma de la necesaria, pues ni es la primera vez ni será la última si el sistema se mantiene, y es algo que ha ocurrido a lo largo de la historia. Sí, añado yo, pero las personas sufren. Lo vamos viendo día a día en casos particulares tremendos.
Los medios de comunicación alimentan también el desequilibrio y el alarmismo. En Gran Bretaña se discute si poner límite al sensacionalismo en este tema; el problema es que no se pueden acotar temas, o se ponen límites a todo o a nada. Habló Estefanía de los rumores como medio de presión económica, trayendo el ejemplo de Caja Castilla La Mancha. No son la causa, pero influyen. Los rumores hicieron que se retiraran importantes fondos de esta Caja intervenida, por ejemplo.
Dijo también que los medios de comunicación sufrían a su vez la crisis económica y su propia crisis, debida al mundo de internet, que había reducido lectores. La reducción de publicidad, de la que fundamentalmente viven, también les ha afectado. Las subvenciones estatales los debiliitarían y les quitarían independencia. Si la prensa escrita se debilita, al ser un medio históricamente ligado a la democracia, la democracia se debilita también. No les queda más opción que adaptarse a la nueva situación, haciendo un periodismo riguroso y serio. No se les puede exigir exactitud, pero sí tendencia a la exactitud.
Pues hablando de crisis, el Cinéfilo (Calígrafo) tenía una abuela que se crió en la Argentina y volvió a España ya talludita. Allí quedaron dos hermanas casadas con alemanes-argentinos, de los cuales queda una larga descendencia de primos, a los que algún día habrá que visitar. Esta abuela cantaba una canción que se ha transmitido de generación en generación, y que habla precisamente de la crisis, de la del 29, claro. Hoy hemos descubierto que se trata de un tango de Carlos Gardel. Aún aplicable a la situación. Dejo la música y la letra.
Si no fuera por el tema, todos tan contentos. El tema era la crisis, concretamente, la capciosa pregunta de hasta qué punto los medios de comunicación contribuían al pánico y a que la grieta fuera aún más grande. Nada de nada, dijo Joaquín Estefanía, los medios, de hecho, también están sufriendo la crisis. Y debe de ser verdad, que en El País ya han quitado el suplemento para niños, El Pequeño País, que las mujeres y los niños, siempre primero. La conferencia fue interesante, eso es cierto, y no estaba Estefanía solo, sino acompañado de otros excelentes periodistas de muy diferentes signos políticos, porque eso fue lo primero que reconoció Estefanía, que los periódicos tienen color, y vaya que si lo tienen, que una no puede comprar Público o El País sin que la mire mal el que se está llevando La Verdad (local muy conservador), el ABC o La Razón. Dijo lo que todos sabemos, según una acreditada encuesta: que los españoles (y sólo algunas españolas, pues son mayoritariamente hombres los que compran el periódico) escogemos los medios de comunicación en función de nuestra ideología, al menos en radio y prensa. No tanto en televisión ni en prensa local. Que desde 2004 se había dado una polarización política muy dura con un desvío grande de los medios conservadores hacia la derecha, mientras los progresistas se mantenían como siempre, y que tienen un gran impacto en la valoración de candidatos a las elecciones y sobre la decisión de voto. Nada nuevo hasta aquí.
Habĺó de la crisis como de una verdadera enfermedad, pues su virus original ha mutado y se ha ido haciendo más agresivo y duro: crisis hipotecaria, crisis alimentaria, y finalmente estanflación. Cuando eso pasa a la economía real se convierte en paro y en inflación, todo lo cual lleva a la temida deflación. Sobre las causas apuntó a que había un poco de todo: sistema financiero, falta de crédito, parón económico. Sin embargo, apuntó que los medios no tienen por qué sembrar más alarma de la necesaria, pues ni es la primera vez ni será la última si el sistema se mantiene, y es algo que ha ocurrido a lo largo de la historia. Sí, añado yo, pero las personas sufren. Lo vamos viendo día a día en casos particulares tremendos.
Los medios de comunicación alimentan también el desequilibrio y el alarmismo. En Gran Bretaña se discute si poner límite al sensacionalismo en este tema; el problema es que no se pueden acotar temas, o se ponen límites a todo o a nada. Habló Estefanía de los rumores como medio de presión económica, trayendo el ejemplo de Caja Castilla La Mancha. No son la causa, pero influyen. Los rumores hicieron que se retiraran importantes fondos de esta Caja intervenida, por ejemplo.
Dijo también que los medios de comunicación sufrían a su vez la crisis económica y su propia crisis, debida al mundo de internet, que había reducido lectores. La reducción de publicidad, de la que fundamentalmente viven, también les ha afectado. Las subvenciones estatales los debiliitarían y les quitarían independencia. Si la prensa escrita se debilita, al ser un medio históricamente ligado a la democracia, la democracia se debilita también. No les queda más opción que adaptarse a la nueva situación, haciendo un periodismo riguroso y serio. No se les puede exigir exactitud, pero sí tendencia a la exactitud.
Pues hablando de crisis, el Cinéfilo (Calígrafo) tenía una abuela que se crió en la Argentina y volvió a España ya talludita. Allí quedaron dos hermanas casadas con alemanes-argentinos, de los cuales queda una larga descendencia de primos, a los que algún día habrá que visitar. Esta abuela cantaba una canción que se ha transmitido de generación en generación, y que habla precisamente de la crisis, de la del 29, claro. Hoy hemos descubierto que se trata de un tango de Carlos Gardel. Aún aplicable a la situación. Dejo la música y la letra.
YA VENDRÁN TIEMPOS MEJORES
Letra de Ivo Pelay
Musica de Francisco Canaro
Sé que te afligís y te lamentás
porque en tu cartera hay mal de ausencia,
sé que te amargás y te envenenás
porque te da citas la indigencia...
No perdás el pie y tenete fe
que tras el ciclón viene la calma,
y si ves que llueve
abrí tu paraguas
y esperá en la higuera
que bajen las aguas;
que esto de la crisis
es porque el que afana,
tiene el mango en cana
y nada más...
Ya vendrán tiempos mejores...
No te aflijas, Catalina...
Ya vendrán tiempos mejores...
Y tendrás tu permanente
tu colonia de la fina
y tu cine diariamente...
Y verás los amarillos
patinando en mis bolsillos,
pagaremos nuestras deudas,
y pondremos comedor...
Ya vendrán tiempos mejores...
No te aflijas, Catalina...
Cuando?...
Cuando no haya un cobrador...
Si tenés amor, vida y juventud
por qué siempre estás de condelencia?
Por qué te quejás, si tenés salud
y hay respiración en existencia?
Nunca te atorés si es que mal te ves,
y frená serena al paterío...
No ensuciés tu risa,
con melancolías,
ni manchés tu vida
con tintas sombrías,
y empañalo todo
si estás en la via,
pero tu alegría
no empeñés.
8 comentarios:
Soy lector de El País desde que apareció y también suscriptor del mismo, pero he ido observando en él una evolución muy decepcionante, dada la polarización política entre la izquierda y la derecha. Tiempo hubo en que El País era un periódico independiente y sus editoriales revelaban una distancia y altura de miras de un punto de vista reformista y progresista liberal. Hoy se ha contagiado de los métodos de El Mundo y se nota en ese goteo diario de informaciones sobre el PP, la corrupción, la trama de espionaje, etc. El País es un arma política contra el PP, igual que El Mundo lo es contra el PSOE, lo veo demasiado implicado en la lucha que no puedo calificar sino de partidista. Cuando leo La Vanguardia en algunos sentidos percibo una mayor pluralidad y menos un periódico concebido como arma política. Cada vez me gusta menos El País, pero estoy demasiado implicado en su historia para dejarlo. Me desencantan los escasos márgenes para opiniones de los que no son de la casa. Y además es cierto que padece una profunda crisis económica por el descenso de anunciantes. Se hacía eco de esta crisis Le Nouvel Observateur, pero por las noticias de El País nunca lo hubiera sabido.
Espero que esta crisis aliente un nuevo modelo de desarrollo, pero no veo en ningún caso una profunda -ni ligera- reflexión sobre cuáles deberían ser sus parámetros. Sólo se espera, a lo que veo, volver a vender coches y construir casas. Y no creo que la solución venga por ahí. Un saludo desde Galicia.
Yo, directamente, lo he abandonado. Está decadente, la verdad. Me he pasado a Público, que por lo menos sé muy bien de qué va. Los artículos que me interesan de El País los leo en internet. Esto está chungo, hay que reconocerlo.
Yo sigo siendo lector impenitente de El Pais, conservo la edición de su primer número y lo echo de menos el día en que no puedo adquirirlo. Me han rechazado muchas colaboraciones que al final he tenido que dar salida en El Norte de Castilla, donde suelo publicar de vez en cuando. Aun así, sigo fiel al periodico que significó tanto en los primeros años de la transición. Ya sé que es nostalgia, sentimentalismo, inercia... pero qué le vamos a hacer. Ahora lo complemento con El Público, fresco, moderno, atractivo y hasta divertido. Gasto más, pues a ellos sumo El Norte y, de cuando en cuando, La Vanguardia. Mi casa se llena de papeles, que ordeno y limpio cuando puedo. Soy adicto a la prensa escrito y no entiendo una mañana de cualquier día sin la prensa diaria y el café. Admito mis contradicciones, pues al tiempo coincido con la valoración que hacéis de la trayectoria de El Pais, aunque su distancia con el libelo de Ramirez sigue siendo abismal. Pertinente y acertado el tango. Como siempre la letra tanguista nos pone al día de lo que en el mundo pasa, de nuestras penurias, de nuestras ineptitudes y de nuestras recaidas en los mismos hoyos a los que, sin haberlos construido, nos conducen los que juegan con nuestras conciencias con nuestras haciendas, de los que procuramos liberarnos con la conciencia de que, pase lo que pase, siempre seremos celosos defensores de nuestra libertad.
Excelente crónica de las conferencias que parece ser estuvieron interesantes.
Yo también soy como los anteriores lector de El País desde su primer número, y suscriptor además, y coincido con la dualidad de no poder dejar de leerlo a diario con esa sensación de disconformidad con muchos aspectos. Como Fernando Manero desde que apareció Público leo ambos, ya que igualmente no concibo la mañana sin prensa escrita.
En cuanto al tango, genial la relación que has establecido entre Gardel y la crisis.
Un abrazo
¡ La Crisis ? ¿ Es tan real como nos la cuentan ?
En principio, muy buena la crónica que nos relatas y muy interesantes los contenidos que se trataron.
Llevo un tiempo queriendo escribir y disertar sobre la crisis. Personalmente, mis ingresos (y gastos) son similares a los de hace un año (ó dos). Las hipotecas bajan, la gasolina está un 50 % más barata, los precios se estancan.
¿ Entonces ? ¿ Qué ocurre ? Obviamente, quienes en verdad sufren esta crisis son todos aquellos que se quedaron sin empleo o lo tienen muy en precario, y quienes -por tanto- no pueden acceder a una vivienda digna, y por supuesto, -también están en "Crisis"- esas enormes y barrigudas "cigarras" que se enriquecieron en los años de las "vacas gordas" y que no saben qué hacer con tantos billetes debajo del colchón.
Los medios de comunicación siempre exageran en mayor o menor medida: viven de ello.
El Estado es solvente y tiene Caja para ello. Se supone.
Recordaré aquella crisis que se inició en el año 93, en donde el Estado tuvo que congelar todos los sueldos y no había dinero ni para comprar un litro de gasolina a los coches de policía.
Incluso estuvo en peligro el sistema de pensiones (nos inducían constantemente a que nos hiciésemos planes privados de pensiones) y la Seguridad Social colgaba de un hilo.
Soy optimista por naturaleza, aunque a veces no lo parezca, y creo que dentro de un año volveremos a la "normalidad". Espero que no sea la del antaño, la del "ladrillazo".
Precisamente, el otro día hacían una encuesta callejera en La Sexta tv. sobre el apercibimiento de la crisis por parte de los extranjeros que visitaban España. La inmensa mayoría estaban perplejos y la negaban rotundamente.
Una turista argentina fue la más contundente ¡ Crisis ? ¡ Qué Crisis ? Tendrían que haber visto aquel país cuando el corralito!.
Saludos republicanos.
Toni Sagrel.
Como siempre, en algunos sectores sociales, la crisis ni se nota y si se nota, se nota poco y bien que sabrán sacar partido a cuenta del cuento.
"El mesmo chorro bacán
seguirá guillando al misho
pa´ seguir sacando chula
y que no falte de na´…"
Ésta es la crisis del Monopoly; ganas, pierdes y te quedas como estabas.
Casitas de plástico, papelitos y dados. Muchos dados. La vida es un tango.
(Gracias por el precioso tango, Clares, ¿es Gardel el que canta?)
Según dicen los observadores económicos, vaya usted a saber, la estaflación la pasamos el años pasado, un período de inmovilismo que, aventuraban, llevaba a la recesión, que según parece es donde estamos -digooo-
En cuanto a la crisis de la prensa, un tema bien largo, entiendo que uno de los temas más importantes no los toca el conferenciante, que me temo aplica ideas económicas bastante aniguas. Y el tema es que la difusión que permite internet hasta hace muy poco ni se tenía en cuenta. Si a alguien le dices que estás por las tardes en internet aún le queda la idea de que andas jugueteando con algo seguramente malo.
Vamos despertando poco a poco, y los medios empiezan a comprender, peeero de nuevo aplican esquemas precrisis como si se tratase de hacer lo mismo pero ante una pantalla. Y no, para nada es así.
Leeremos, si es que no lo hacemos ya, no solo periódicos, sino fuentes directas de información, de ciudadanos, en escritos, por literatura, por muestras creativas diversas, por revistas, y esa variedad y la posibilidad de inerevenir necesriament lleva a otros formatos.
Ahora el que se espabile antes se lleva el pastel. Creo que vivimos en un momento en el que es necesario pensar en otros términos y nod ejar que el invlucionismo se convierta en intentar más de lo msimo.
En fin, y que es largo el tema!
La crisis se nota en los medios de comunicación por la tremenda caída de la publicidad. Antes, teníamos 'chapas' (páginas enteras) dedicadas a las inmobiliarias. Ahora ni los pequeños comercios pueden anunciarse, pero tampoco los ayuntamientos y los organismos oficiales, ya que en lugar de bajarse ellos los sueldos, lo primero que hacen es recortar gastos en publicidad.
En cuanto a El País, hace mucho que ya no es lo que era, pero es que el grupo Prisa por encima de la ideología y de su apuesta por el PSOE tiene un norte y un sur que es el dinero. Pueden lanzar un tema informativo impactante, pero como alguien se lo 'compre' con una buena campaña publicitaria, se acabó lo que se repartía.
A mí me tienen muy enfadada porque después de veinte años, se han cargado de un plumazo 'Lo que yo te diga', un maravilloso programa de cine que he seguido desde que empezó y todo por el maldito dinero. Es más rentable el fantasmón de Iker Jiménez y su vendehumo que un sólido y ameno programa sobre cine.
Lo dicho, a Prisa sólo le corre prisa ganar dinero. Es la triste realidad.
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