13 mayo 2008

El americano tranquilo


No se puede decir que sea muy ordenada para mis lecturas, a la vista de la variedad y diferencia entre lecturas muy cercanas. Pero también puedo dar pruebas de lo contrario, cuando un día de estos hable de todos los libros leídos desde enero en torno a un determinado tema literario, no demasiado solicitado.
De momento, ahí va esta última lectura. Vi la película de Joseph Mankievicz, que descubro como no demasiado fiel a la novela, ya que, según he sabido, se consideró la obra de Graham Greene demasiado antiamericana y sufrió una adaptación para hacerla aceptable. me propongo ver también la versión de Noyce, con Michael Caine en el papel de Fowler, para comprobar las diferencias. Después de ver la película más antigua, recordé que sólo había leído de este autor británico una novela, "El tercer hombre", junto con una revisión de la magnífica película, ya un clásico, de Carol Reed, con Orson Welles en el papel del villano traficante de antibióticos en la Viena de postguerra. Como no sabría qué es mejor, si la novela de Greene o la película de Reed, decidí que en el caso de "El americano tranquilo" quizás sí podría tomar una decisión. No he visto la moderna versión de Noyce, que por cierto se usó como arma moral contra la guerra de Irak, pero respecto a la película más antigua, ya sé que la novela es mejor, ligeramente mejor, que la película.
La sinopsis de la obra se puede encontrar en cualquier página, por ejemplo pinchando en el enlace que aparece en la palabra sinopsis. Yo particularmente querría destacar tres valores de la novela: la sequedad del lenguaje, no exento sin embargo de literatura, seca y distante, pero literatura; el magnífico personaje de Fowler, narrador en primera persona de su propia historia, con una distancia cínica, que sería la misma del carácter dibujado a lo largo de la novela, y que, por qué no decirlo, puede haber inspirado la figura del televisivo doctor House; en tercer lugar, la espantosa visión de la guerra, como no podía ser de otro modo, ya que no hay guerra que no lo sea, y Graham Greene no es precisamente un autor de ficciones fantásticas.
Recomendación triple, la tercera de las cuales me aplico yo también: leer la novela, que interesa todavía aunque trate acontecimientos tan lejanos ya como la guerra de Indochina, ver la película más antigua, que también sigue teniendo interés, y, por supuesto, ver la moderna, la de Noyce y Caine. Una revisión completa a un tema literario y cinematográfico.

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