El sábado nos fuimos a dar un paseo por Murcia. Hacía un frío como sólo habíamos sufrido en otros lugares. No nos parecía nuestra ciudad. El cielo gris, la gente bien abrigada por las plazas y calles por donde suele ir desabrigada y sonriente, como presumiendo de no tener invierno. Y la guerra como fondo. Nos fuimos al Palacio del Almudí, y por el camino nos ocurrieron pequeñas, mínimas aventuras ciudadanas que ya contaré en su momento. Eso tiene salir de vez en cuando de nuestro piso de ermitaños.
En el noble y sólido Palacio del Almudí, que domina el Plano de San Francisco, había dos exposiciones. La de la planta alta, vaya, queda para otro escrito. La de la planta baja, llamada Salón de las Columnas era una exposición conmemorativa de la Guerra de la Independencia, proveniente del Museo de Reprografía de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid. Los madrileños pueden ver allí, cualquier día hábil del año, los Desastres de la Guerra de Goya. Los murcianos, o vamos a la capital, o nos compramos un libro con ellos, o aprovechamos esta oportunidad, que no será única, pero sí rara.
Nunca puedo reprimir el gesto de horror cuando veo estos grabados. Yo no he visto directamente una guerra y, si fuera posible, si el destino quisiera que así fuera, no me gustaría verla, ni sufrirla, y en realidad, desearía que nadie en el mundo la tuviera que sufrir. Sé cómo se empozaban los ojos de mi padre, que la vivió siendo un adolescente, casi un niño, cuando contaba los horrores de la Guerra Civil. Sé que esas imágenes lo acompañaron hasta la cercanía de la muerte, y que para él, un hombre vital, humorista, creativo, aquella fue la experiencia de las experiencias, el conocimiento de la terribilidad humana.
No es más soportable que las fotografías, las que vemos cada día en los medios sobre las guerras, ahora algunas tan recientes y espantosas, la visión artística de un hombre sensible, al que tampoco faltó el humor, como sabemos por otros grabados; frente a la fotografía de reportaje, hay un valor añadido en los grabados: la unión directa entre el ojo, el corazón y la mano. Línea directa del sentimiento, de la rebelión del artista, entre estos sentidos y sentimientos. Goya no podía detener aquella masacre. Sólo podía dar testimonio. Que luego la química de sus óleos y barnices, como dicen, le hicieran perder el juicio, además del oído, o se lo ensombrecieran y se lo enturbiaran, puede ser verdad, pero quizás fue todo lo contemplado, el desmesurado valor de artista y hombre para realizar las planchas de estos trágicos grabados, lo que le empozó la mirada para siempre. Y le trastornó la mente. Este grabado, al que Goya subtitula "Enterrar y callar", es la pura imagen de la desolación y el abismo del dolor. Enterrar y callar, eso hace el pueblo inocente cuando sufre los desmanes de los poderosos.
"Para esto habéis nacido", subtitula este otro no menos terrible. No es posible que un ser humano, nacido en esta tierra, que recibimos por casa mientras vivamos, nazca para el horror, para el dolor innecesario, provocado por seres humanos como él. No es tolerable. Esto es lo que hay, pero lo digo sin resignación, sino con rebeldía. Habrá que parar la violencia en algún lugar, poco a poco, quizás, pero habrá que pararla. No hemos nacido para esto.
"Para esto habéis nacido", subtitula este otro no menos terrible. No es posible que un ser humano, nacido en esta tierra, que recibimos por casa mientras vivamos, nazca para el horror, para el dolor innecesario, provocado por seres humanos como él. No es tolerable. Esto es lo que hay, pero lo digo sin resignación, sino con rebeldía. Habrá que parar la violencia en algún lugar, poco a poco, quizás, pero habrá que pararla. No hemos nacido para esto.
20 comentarios:
Qué envidia, Clares. Me encantaría ver esos cuadros de Goya (mi pintor favorito), sobre todo en Murcia, ciudad que visitaba con mucha frecuencia cuando vivía en Vélez Rubio...
Hola, Conchi, cuánto bueno por aquí. Hacía tiempo que no nos visitábamos. Siempre es bueno reencontrarse. Un abrazo, y que no decaiga.
Mire que casualidad que en el post sobre la Guerra puse (y además que fui a tiro fijo) uno de esos desastres como imagen para el título.
Hace ya demasiado tiempo que no paseo por las calles de Murcia.
Y pasaba todos los días por el Almudí...
Hizo bien en afrancesarse. Si hubiéramos permitido a las luces quedarse aquí, otro gallo hubiera comido panizo. Y el panizo se lo quedó Fernando VII. Y el oro. Hizo bien en largarse del país. Pero antes pintó los caretos reales. y los vulgares.
Y los días grises, "un mantel a cuadros blancos".
http://es.youtube.com/watch?v=80hypcxJQBc
Goya es el antecedente más destacado del fotoperiodismo de guerra. Hay un libro que reflexiona sobre la representación gráfica del dolor en la guerra que se titula Ante el dolor de los demás y lo escribió la escritora norteamericana Susan Sontag. Quizás lo conozcas. Su análisis parte precisamente de Goya y los Desastres para llegar a las manifestaciones contemporáneas del horror en las guerras: los campos de exterminio, la guerra de Abisinia, la guerra civil española, Vietnam... ¿Qué límites morales ha de tener la plasmación del dolor? ¿Qué efecto produce en el espectador? ¿Sirve a alguna causa? Me uno, no obstante el comentario, a tu reflexión de que no hemos nacido para esto.
bello
Mameluco, si añoras Murcia, una vueltecita por el Malecón, pasar por el Almudí a ver si hay algo que ver, una cerveza en la Tapa o por ahí, te vienes cuando quieras. Aquí estamos para lo que gustes. Ya vi tu post con el grabado del ajusticiamiento, que se llama ¡Duro es el paso!. Amnistía de Cataluña lo tiene en la galería de la que he dejado el enlace. Yo tengo un libro con todos los grabados, no solo de la guerra sino también todos los demás.
Claro que otro gallo nos habría cantado de no haber sido ese pueblo de cabreros, que no sé quién lo dijo, pero que nos va de maravilla, o nos iba. Super, el problema es que no tuvimos ilustración de verdad. No nos dejaron.
Joselu, tengo ese libro desde hace un tiempo y aún no he podido leerlo. Siempre me da un poco de miedo abrirlo, y siempre hay cosas más urgentes o cosas de gusto para leer, y mira que Susan Sontag me gusta mucho. El amante del volcán es una magnífica novela, por ejemplo. Pero ahora que tú lo has dicho, me animaré, que no se puede ser tan blanda.
Me quedo con el texto que nos brindas, excelente y acertado. Goya y sus desastres ya los conocía anteriormente y coincido plenamente con todo lo expuesto por ti y los comentarios hechos.
Tu texto complemente e ilustra perfectamente la obra.
Efectivamente el libro de Susan Sontag que cita Joselu es duro, tremendamente duro (al menos a mi me lo pareció en su momento) pero creo que su lectura es necesaria para conocer el dolr de las guerras.
¿Es bello, Jopo? A mí me parece terrible, con la belleza de la fuerza, del dolor y del arte.
Muchas gracias por las alabanzas a mi texto, Ernesto. No era mi intención crear belleza, sino expresar la rabia que me produce la guerra y la violencia. Voy a leer en breve el libro de Susan Sontag, que ya digo que lo tengo ahí y miedo me da acercarme. Hay épocas en que no se encuentra una con fuerza para enfrentarse a lo terrible.
Habrá que ir a verlo. Gracias!!!
Espero que te guste, eme, aunque no es la palabra exacta para describir lo que te ocurre cuando ves estos grabados.
Goya y sus desastres, un tema de continua actualidad desgraciadamente.
besos.
Ojalá pudiera quemarlo todo y que no existiera, como el niño con rabieta que tira todo de un manotazo cuando todo está perdido. (pensamiento ingenuo e infantil que me gusta imaginar)
Anoche algún duendecillo suprimió el comentario que coloqué, y lo hizo sin avisar… ¡qué bellaco!
Más o menos decía que me impresiona la manera como Goya plasmó su idea de la guerra que lo hace muy actual. Y pedagógico, para quien quiera aceptarlo por supuesto.
Y que tú te habías esmerado en tu texto, muy bello y expresivo, sugerente y convincente.
Y que me resisto a aceptar que “Para esto habéis nacido”, al pensar en quienes no han conocido en su vida otra cosa que guerras. No nace el ser humano con una arma en la mano, que la mano es para otras cosas: abrazar, estrechar, saludar, acariciar, escribir como lo haces tú o pintar como lo hizo Goya.
No, no podemos estar condenados a vivir en violencia, abuso, violación, injusticia… Tiene que haber una manera de acabar con todo esto. Como dices tú, “no hemos nacido para esto”.
Goya en Murcia... Lo apuntaré en la página de "Planes para el fin de semana". Gracias por la propuesta.
Murcia me ha adoptado laboralmente. Interesante tu blog... Espero volver.
Saludos.
Hola, Miguel Ángel, me alegra que te haya gustado el texto. Me indigno y me emociono cada vez que vuelvo a ver estos grabados, tanto como si fueran imágenes actuales. La verdad es que, aparte esto, la exposición está muy bien montada y explicada.
Ciudadano B, seas muy bienvenido a la ciudad y al barrio, Apuntátelo y disfruta de la exposición. No olvides subir a la segunda planta.
Siempre me ha llamado la atención. También sorprende que unos ojos predispuestos a captar la luz en las cosas pudiera captar el horror de la guerra, pero más me sorprrende que miles de seres humanos sean capaces de seguir perpretando tales horrores, tan solo a la voz de sus mandos... Nunca entendí los ejercitos profesionales y siempre tuve mis simpatías para con aquellos que defienden sus casas y su vida...
Sin duda, es lo más sorprendente. Yo no dejo nunca de pasmarme, pero nuestro asombro, nuestra perpelejidad, no detiene el torbellino. Qué le vamos a hacer.
muy de actualidad. ¿Son más de 1000 ya? bsos
"Ante el dolor de los demás" es una reflexión magnífica, al hilo de lo que comentáis, sobre todo porque se desprende una idea a la que S S dio forma: el dolor en imágenes alimenta más dolor, puede justificarlo o vacunarnos emocionalmente de ese mensaje.
Es toda una reflexión sobre los medios y la utilización de la imagen de acuerdo a intenciones. A veces la imagen alivia la conciencia. Apunta que la fotografía no puede ser la mera transparencia de lo sucedido porque siempre es la imagen que eligió alguien, dice: "fotografiar es encuadrar, y encuadrar es excluir".
Y Goya, qué decir, el sueño de su razón trae hasta nuestros días a los monstruos.
Dos imprescindibles en la historia de las ideas, y más o menos de la realidad, si atinamos a apuntarla.
MUy bonito el post, muchos besicos.
Hola, Neo, ya ves, de tristísima actualidad, Más de mil, sí, y no dan su brazo a torcer. Ni con mediación ni con acuerdos, ni nada. En fin...
Pistola de Larra, no he leído ese libro que compré hace un año o así y que me da temor empezar. Siempre digo que lo empezaré cuando esté más fuerte, pero ahí está. Lo que me sorprende es que ante el mismo libro, Joselu, por ejemplo, saque la conclusión de que las imágenes del dolor deben ser vistas y tú la idea, no contraria, sino la duda de si debe ser así o no. No tengo elementos de juicio, pero soy partidaria de lo incontestable de la imagen. Es un sentir, Cuando lea lo de Susan Sontag ya comentaré algo al respecto. Un beso.
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