30 octubre 2008

Cuerno de cabra, una historia de venganza


Hace muchos años, en una Murcia mucho menos dinámica, pero sin duda mucho más hermosa, había un cine llamado Avenida, que estaba justamente en la plaza llamado del Rollo, o sea, a la salida de la ciudad, al final del Barrio, donde estaba en tiempos muy remotos la Picota, también llamada rollo, por el rulo de piedra donde se ataba a los condenados. Para entendernos, un lugar con historia. Ese cine de barrio, de aquellos con butacas, más que anatómicas, anatómica-forenses, con olor a serrín y a madera muy indicada para súbitos incendios, poco antes de la muerte del dictador, se convirtió en sala de arte y ensayo. Eso significaba que se podían ver peliculas diferentes, artísticas, intelectuales, y muchas veces, verdaderos pestiños.
No se contó entre estas últimas esta película búlgara, de corte bergman, en blanco y negro, con grandes silencios, con idílicos paisajes, que comienza con una salvaje violación y continúa con una historia de venganza obsesiva, con muchos elementos de cuento tradicional o de leyenda.
Vista de nuevo en este maratón de cine del cansancio -me doy por vencida y caigo en un sillón, y miro lo que me echen- no cambio ni un ápice la valoración de hace tantos años, Sólo que ahora la veo con ojos más distantes, sin tanta ansia de ver, con calma y con aprecio de otros valores, como la belleza del paisaje, y esa impecabilidad rítmica, pero también descubro la ingenuidad de ciertos procesos, esos mismos que le dan el aire de cuento tradicional. Y recupero esa frase que dice el padre de María en su desesperación, mientras le corta el pelo con las tijeras de esquilar y la niña llora desconsolada: "O te hago un hombre o te tiro a los perros. Este no es mundo para mujeres". No es el primer padre que lo hace en la historia, porque quizás este mundo no ha sido nunca para mujeres. ¿Lo será alguna vez?

9 comentarios:

Mal bicho dijo...

Yo tengo claro que las mujeres dominarán el mundo dentro de unos años. Seremos nosotros los amos de casa.

Anónimo dijo...

Yo no pierdo la esperanza. Pero falta mucho, muuuuuucho tiempo para eso.

Sarashina dijo...

A mi parecer, Malbicho, como ya te he comentado otras veces, no se trata de quien domina el mundo, sino de conseguir un mundo donde todos seamos amos y amas, señores y señoras, o sea, un mundo igualitario.
Yo, pmm, tampoco pierdo la esperanza de un mundo así, donde nadie tenga que convertirse en otra cosa para sobrevivir, ni dedicar su vida a la venganza.

Anónimo dijo...

grrr¡¡¡¡

Como tengo poco para leer, me haces cargar hora la lista de peliculas para ver. De todas formas, gracias jejeje.

Abrazos

Anónimo dijo...

Qué fuerte y difícil de digerir lo que le dice el padre a la hija violada.
Tenemos una amiga bloguera, JERUSALEM, quizás la conoces. Ella plantea en su blog un tema bastante parecido, el problema de la agresividad entre los chicos y adolescentes... golpes, violaciones y demás atrocidades. Allí también surge la desesperación de los padres, ¿qué hacer?, ¿quién tiene la culpa?...
Muchas veces se las toman con sus propios hijos victimizados, quizás por impotencia o por ignorancia o... quién sabe.
Cariños.

supersalvajuan dijo...

Yo del Avenida no me acuerdo. Me acuerdo del Iniesta. La historia es desesperante, como dices. Como el siglo XXI.

Sarashina dijo...

Querido super, no te puedes acordar del Avenida, porque debe de ser algo del pleistoceno, por lo menos. Era un cine tremendo, pero ahí podíamos ver películas que de otro modo imposible.
No te preocupes, Ernesto, es que no lo puedo remediar. Son para cuando puedas verlas o por si te salen al encuentro.
Clara y Pepe, a mí me preocupa extremadamente el problema de la violencia, en general, y en particular, mucho el de los jóvenes y la dirigida contra las mujeres. No sé si tiene una solución, pero si la tiene, será a muy largo plazo.
Gracias a todos por vuestros comentarios.

Cyd Charisse dijo...

Hola, clares. Me ha encantado tu comentario sobre el cine Avenida. Verás, yo tenía apenas diecisiete años cuando pisé por primera vez el cine Avenida. Estaba estudiando COU en Murcia (por entonces no había institutos en los pueblos y mucho menos en la zona del Mar Menor) y fui con unos compañeros a ver 'Cuerno de cabra' ya que era la película que tenía a todo el mundo loco porque por primera vez se veía el sexo de una mujer en una pantalla en España (antes había estado Helga, pero esa no contaba, jajaja).
Con los años recuerdo aquella película como una muestra de la represión tan tremenda que se había sufrido en España. Porque la historia se las traía de puro sórdida. Una pena.

Sarashina dijo...

La pelicula, vista ahora, no desmerece, pero algo así en la actualidad habría sido una película buena más. Me sigue gustando, por el paisaje, por los rostros, por esa fiesta de máscaras campesinas. Y del cine Avenida, qué te voy a decir, recuerdos y más recuerdos de la juventud. Saludos