16 octubre 2008

Las enigmáticas cuevas árabes de Brihuega



Soy muy aficionada a las cuevas. Si estoy en algún lugar donde sepa que hay unas cuevas visitables, no me puedo ir de allí sin verlas. Para mí son como un refugio interior, y tanto me da que sean naturales o creadas por seres humanos. Siempre tienen un atractivo especial para mí. Como si volviera a cobijarme en el seno de mi madre. Estas de Brihuega, en la provincia de Guadalajara, tienen aspecto laberíntico y yo diría que orgánico. Fueron excavadas por los árabes, pero no hay demasiada información al respecto. Curiosamente, son propiedad privada, de los propietarios de la carnicería bajo la cual se inician. Entrar a ellas vale también un euro. Normalmente hay un chico que te guía, pero esa mañana no estaba, así que entramos nosotros solos. Desde arriba, el empleado que nos facilitó la entrada, de vez en cuando, decía: "!Eh, eh!", temeroso de que nos perdiéramos, con toda la razón.
Si pasáis por Brihuega, no dejéis de visitarlas. Vistas las fotos, no diga nadie que no tengo razón en lo de sentirse de nuevo en el seno materno y en que tienen un aspecto orgánico.

7 comentarios:

Mal bicho dijo...

Yo de adolescente fui a las cuevas del reguerillo y casi me pierdo, que miedo pase pensando que me encontrarían años después.

Sarashina dijo...

Si te quieres creer que yo pasé un poco de miedo en éstas... Pero me reía cada vez que el hombre comprobaba desde arriba que no nos habíamos perdido en el laberinto. Incluso bromeamos con los turistas enterrados en las cuevas. Las cuevas del Reguerillo no las conozco. Algún día quizás.

Anónimo dijo...

No soy aficionado a visitar cuevas, pero me atraen bastante, no se, me dan esa seguridad que dices, no es como los castillos que se desmoronan con el paso de los siglos, continuamente nos muestran cuevas con estalactitas y estalagmitas que llevan miles o cientos de miles de años inalterables, si hay algo que podamos llamar realmente perdurable en este planeta, es sin duda alguna las cuevas naturales.

supersalvajuan dijo...

Demasiado naif.

Sarashina dijo...

Es que yo tengo un punto de ingenuidad (naïf, o sea), que nunca querría perder.
Ahora tengo en mente volver a la zona cátara para ver las cuevas de Lombrives que me dejé en el viaje del verano. Tienen un recorrido de cinco kilómetros andando, después de una entrada en tren de diez minutos. Espero que tanta protección no me agobie. Un abrazo a todos.

Anónimo dijo...

Yo tengo una doble sensación, me apasionan... siempre y cuando pueda estar de pie y con cierta amplitud, si tengo que arrastrarme o me siento aprisionado me de clastrofobia. De todas formas he visitado bastantes; agobio en Vall de Uxo al tener que tumbarse en el fondo de la barca y no poder levantar ni la cabeza durante unos metros para pasar un tunel.

Abrazos (enterrados)

Sarashina dijo...

Yo sólo entro a cuevas donde se pueda caminar. Vamos, que no soy espeleóloga, sino turista cavernosa. Si tienen muchas estalactitas y demás, más me gustan. Y si encima han estado habitadas, me da arrobo.