27 noviembre 2008

Funny Games, no tan divertidos




No lo había contado todavía, porque hay que dejar pasar unos días para asentar las cosas que no son urgentes, inmediatas. El fin de semana pasado nos fuimos al campo de Ulea (hay fotos para ver en una presentación a la izquierda abajo) y nos fuimos con la intención de descansar. Descansamos, sí, y dormimos como... iba a decir como niños, pero no es verdad, no nos despertábamos cada dos horas y nos poníamos a llorar. Vale, que allí se duerme muy bien. Pero a punto estuve de hundirme el proyecto de inconsciencia onírica con la visión de la película que no me acuerdo qué día de la semana dieron con el diario Público. Era "Funny Games", completamente inadecuado para gente con los cables pelados. Empezamos a verla después de comer y yo me dije que iba a durar bien poco con los ojos abiertos, y no sé cómo lo hizo el director que consiguió que me sentara, me pusiera las gafas de ver -tengo otras de no ver- y estuviera hora y media pegando botes y soltando exclamaciones que no son para escritas; si guardaba silencio y me estaba quieta era peor aún. Eso quería decir que la cosa ya superaba todo lo previsible, en negror moral, en cinismo, en violencia gratuita, si es que hay alguna violencia que no lo sea.




Después de ver esta película estuve preocupada un tiempo. Yo sé que casos así han existido y seguirán existiendo, por desgracia. "A sangre fría", novela de Capote y película posterior con igual título, es un caso parecido en cuanto a lo apariencial; el ataque salvaje a una familia por un par de asesinos crueles. Esta película, sin embargo, no basada en un caso real, pero posible, tiene mucho de parábola sobre la violencia oculta en nuestra sociedad como un cáncer destructivo. Si en la novela de Capote, que es interesante leer de nuevo, así como ver la película antigua, y ver la magnífica biografía del escritor, se trataba de un análisis de la miseria moral norteamericana, ésta del director austríaco Haneke, con un remake norteamericano también en 2007, es en realidad una parábola sangrienta, y como toda parábola con su sistema de referencia, en este caso en la violencia generalizada en nuestro mundo actual. Y yo me pregunto: ¿en qué mundo no? Lo cual me lleva a un tema que en algunos momentos de mi vida he mirado con atención: la inquietante existencia de psicópatas, tema en el que Vicente Garrido, excelente criminólogo, es un experto. Hay que asustarse: un millón de psicópatas conviven con las personas "normales", y no todos son delincuentes, pero están ahí y no dejan de serlo. Mira a tu alrededor y observa si hay una persona sin empatía, alguien que no repare en hundir la vida de los demás para conseguir sus objetivos, alguien que obvie el dolor de los otros, alguien que calcule sus beneficios en número de muertos. No sigo, porque al leer los periódicos encuentro que son psicópatas todos los poderosos de la tierra, y me asusto aún más de lo que ya lo estoy.
Dije una vez que el siglo XIX había sido neurótico, que el XX habia sido esquizofrénico y que el XXI será -ya es- psicópata. ¿Nunca será el ser humano normal, equilibrado, incluso con sus gotas de sana locura?





9 comentarios:

Fernando Manero dijo...

He oido hablar de esta pelicula, que describes y analizas muy bien. Sobrecoge pensar en el riesgo que se corre en sociedades donde las psicopatías conviven con nosotros y que basta cualquier situación límite para desencadenar una tragedia. No creo, sin embargo, que los poderosos de la tierra sean psicópatas de ese estilo. Su salud mental va por otros derroteros. El problema radica en aquellos que derivan hacia comportamientos psicopáticos debido a situaciones de exclusión, marginalidad, violencia y maltrato donde posiblemente la responsabilidad de aquellos no sea tan irrelevante como quieren dar a entender.

Pilar M Clares dijo...

Es tremenda esta película, yo la teerminé de ver con medio los ojos tapados. Ese mundo perfecto y, la verdad, casi también desprovisto de sentimientos, como dejándose llevar, destrozado de golpe por esos otros que en apariencia sí que son emocionales. Es un bucle de doble inversión. Creo que la psiquiatría tampoco tiene muy claro lo de la psicopatía. Por ejemplo, podemos vivir conocedores de sufrimientos sin que nos perturbe o cambie el rumbo. Es un tema delicado.

Besazo

Anónimo dijo...

Pues nada, a verla. Yo también la tengo del diario Público pero aún no la había abierto así que después de leerte habrá que hacerlo. Gracias y ya te contaré.

Un abrazo

Sarashina dijo...

Mi loca teoría es que muchos de los políticos se vuelven psicópatas en el poder. Siempre lo es, o así me lo parece. El concepto de psicopatía es complejo, y ni siquiera se sabe si tiene un componente fisiológico, pero puede quizás estar ahi como una potencialidad, incluso en personas con un bajo componente, y sólo saldrá a flote en condiciones apropiadas. No son psicópatas sólo aquellos que son delincuentes, al menos esa es la conclusión a la que llega Vicente Garrido. En los ambientes laborales e incluso familiares podemos encontrar personas de conducta psicopática.

PMM dijo...

El equilibrio no es un característica propia del ser humano. Somos desequilibrados por naturaleza. Pasamos del amor al odio, de la risa al llanto, de la tristeza a la alegría continuamente. Algunos más que otros. y yo creo que esos que logran estar más veces en el medio, son los que destacan en lo bueno. Los que van de un extremo radical al otro, son los que salen en las noticias cada día.

Sarashina dijo...

Desde luego que no es característica propia de la especie. Pero a veces me extraña que veo mucha gente buena, con sentido común, pacífica, y no sé por qué toda esa gente se precipita luego en un resultado que no es así. Quizás no es tanta como yo creo o quizás gracias a ella la cosa no va peor aún.

supersalvajuan dijo...

Con lo buenos que parecían los chicos, con sus polos blancos y su por favor.

Anónimo dijo...

Da bastante más miedo que muchas películas de miedo. No veas(si estás a tiempo) el remake que es un mojón

Sarashina dijo...

A mí me puso de los nervios, sociopatia, un ataque de inquietud, turbación y terror. No se me ocurrirá ver el remake, aparte de lo que tú dices, he leído que no es sino una copia plano a plano. Gracias por la no recomendacion.