03 noviembre 2008

Los jóvenes de ayer... o de ahora mismo





"Y de aquí que yo piense que los jóvenes en nuestras escuelas se vuelven necios del todo, porque ni ven ni oyen hablar de nuestros problemas cotidianos, sino de piratas que acechan en la costa con cadenas, de tiranos que promulgan edictos por los que ordenan a los hijos decapitar a sus propios padres, de oráculos que para cortar una epidemia exigen la inmolación de tres o más doncellas, pompas en fin de dulzona palabrería, y todo, palabras y hechos, como adobado con adormidera y ajonjolí.
Quienes son educados en este ambiente es imposible que tengan gusto como lo es que tengan olfato los que están metidos en la cocina".

"¿Qué sucede pues?
Los padres son los dignos de reprobación, que no quieren que sus hijos aprovechen mediante una disciplina rígida.En primer lugar, como hacen con todo, ofrendan a la ambición incluso sus propias esperanzas. Luego, cuando llega el momento de cumplir su promesa, lanzan al foro a gentes sin estudios sin digerir y visten a niños casi recién nacidos con la elocuencia, de la que proclaman que nada hay más grande. Si permitieran que el esfuerzo fuera gradual de modo que los jóvenes estudiantes se regaran con la savia de lecturas serias, se fueran ajustando sus espíritus a los preceptos de la filosofía, sacaran a la luz las palabras con un estilo implacable, oyeran una y otra vez los modelos que quisieran imitar, y se convenciesen de que nada de los que seduce a los muchachos posee categoría, ya tendría el excelso arte del discurso su densa majestad. Pero ahora los muchachos enredan en la escuela, los mayores hacen el ridículo en el foro, y lo que es peor, nadie en la vejez quiere confesar que hizo mal sus estudios".

SATIRICÓN
Petronio

Estamos en el siglo I después de Cristo. Gobierno de Nerón. Un gobierno corrupto, presidido por un loco sin escrúpulos, que domina el mundo en decadencia. Aún faltan muchos siglos para su caída, pero a partir de Nerón, emperador tras emperador, se dilapida la herencia imperialista. ¿va sonando? El debate, con otras palabras, es de ayer mismo. De hoy, de esta mañana. Sobre la paupérima educación de los jóvenes. Sobre las expectativas vanidosas de los padres, sobre una sociedad que vive sobre la mentira. ¿Tema eterno? ¿Generalización? ¿Pesismismo conservador? Con las formas literarias y retóricas del siglo I, me parece que sólo con quitarle la toga a Agamenón, el personaje autor de este discurso, podría ser el de una persona sensata de nuestros días. Pero, ¿tenía razón Agamenón y los Agamenones de hoy?



13 comentarios:

Mameluco dijo...

Todo se repite una y otra vez...
Yo creo que la estupidez no solo es patrimonio de la muchachada...

Es como el bosque, que es de todos.

Sarashina dijo...

Este es un bosque bien repleto, desde luego. Dice el Eclesiastés, y perdona por la referencia bíblica, "Los tontos son numerosísimos, como las arenas del mar", y luego: "Al tonto aunque lo machaques en un mortero, no le sacarás su tontería". Pero, yo siempre tengo un pero a mano, los gobiernos administran la tontería como les parece, y en este asunto se ha administrado muy bien. Y seguimos con las responsabilidades individuales y colectivas. ¿Quién?

PMM dijo...

Pues sí, el hombre es el único animal qu etropieza dos veces en la misma piedra. Y no sólo dos, sino muchas. Agamenón era muy sensato y sus opiniones siguen totalmente vigentes. Ahora, buscar las responsabilidades es difícil. Muchos lo acahrán al sistema educativo, otros a la pérdida de valores familiares, algunos a la televisión, yo que sé. Yo creo que la primera responsabilidad está en el núcleo familiar, y eso no significa que todos tengamos que ser unos letrados, pero sí, preocuparnos por los seres, que como adultos hemos decidido traer a este mundo.

Mameluco dijo...

Lo de la paternidad responsable es una cosa que me da risa.
Quieren que les críen los niños la escuela, por la mañanas, y por las tardes, el judo, el inglés, el tenis, el curso de informática, el solfeo o las clases de pintura.

Lo que es peor de todo es que los modelos de las ciudades (con los 2 padres trabajando hasta las tantas, por necesidad la mayoría de las veces) se ha asumido en los pueblos y literalmente las actividades extraescolares son "aparcaniños" para no aguantarlos en casa. Como si no supiesen que en los pueblos se les pueden dejar sueltos por la calle...

Sarashina dijo...

Pues lo de los pueblos, sinceramente, no lo comprendo. Lo que pasa es que los pueblos ya no son lo que eran. Hasta allí ha llegado el miedo de los padres a dejar a los críos en las calles, aparte eso de que pretenden que tengan "preparación" para la vida moderna, competitividad, y demás. Venga que inglés, venga que informática, venga que danza y judo, y música... Debería estar prohibido, qué angustia para las criaturas.

Mal bicho dijo...

La culpa es de los padres que las visten como putas!!!!
Ahora en serio, la degradación del hombre ha sido un hecho desde tiempos lejanos.
Ya en algunos textos jurídicos romanos, se quejan los eruditos de que los nuevos estudiantes de derecho empobrecen las actividades cotidianas propias de los que trabajan con leyes.
Sinceramente, si me ponen algún examen de hace 10 años, de alguna asignatura aprobada, no se si sabria resolverlo.
Esto se hace especialmente patente con la aparición de las nuevas tecnologías.
El cerebro humano se esta acostumbrando a que pase por delante un torrente de información bestial, tanto, que no hay tiempo para el análisis ni para la retentiva.

Sarashina dijo...

Lq tuya, Mqlbicho, es una aportación interesante, porque alude directamente a una realidad social. Primero, por eso de que "las visten como putas", que no es exacto, porque no son los padres los que las/los visten, por fortuna, por otra parte, pero que les consienten más de lo que es conveniente. Quiero decir que los padres se acomplejan y no saben muy bien dónde están los límites, y los línites no es más que una cuestión de significados sociales. Supongo que temen ser represores, o no estar al día, y como no lo tienen claro, empiezan a ser permisivos, sin transmitir a sus hijos una constelación social de convenciones.
Yo sé que este debate es duro y difícil, porque ponemos en juego nuestro imaginario, incluso nuestra propia imagen. ¿Seré un carca? ¿Seré demasiado moderno o lo que sea?
Por otra parte, aludes a la cultura de la imagen y de la información. Creo que esto también tiene su influencia, porque es un cambio radical en nuestra concepción de la vida. La imagen es efímera. Esto quizás tenga algo que ver.

Anónimo dijo...

Interesante debate. Pues esperad a lo que viene, porque aunque la idea original de Bolonia es que los estudiantes universitarios sean más autónomos y tengan más herramientas para "buscarse la vida" ellos solos, los alumnos que llegan a la Universidad no están preparados para encontrarse con eso. Los de ahora no son capaces de entender que no llega con lo que diga el profesor en clase y que hay que leer más bibliografía, imaginaros cuando aún encima tengan menos horas de clase con el profesor y sean ellos los que tengan que trabajar más

miquelet dijo...

Vivimos en la sociedad del hedonismo, y eso se traslada a los padres que educan a los hijos.
No hay edad más hedonista que la adolescencia, por eso, cada vez más, se entra más temprano en ella y se tarda más en salir. No es infrecuente que coincidan los padres y sus hijos con actitud adolescente. Irresponsabilidad, fobias paranoicas, egoísmo, gusto por la banalidad y tantas otras cosas se aposentan en el subconsciente y crean esos problemas que a veces vemos.
Por suerte, estas actitudes no están generalizadas. Todavía quedan muchísimos padres que educan a sus hijos con responsabilidad y buen hacer. Aunque estos no hacen ruido y por eso parecen menos de los que son.

Salud.

Mameluco dijo...

Yo que por más desgracia que suerte llegué a la treintena y seguía en la universidad (por movidas que no vienen al caso) me he dado cuenta del cambio a la perfección. La reforma educativa fue un desastre. Antes llegábamos como patos mareaos a la Universidad, pero es que ahora llegan mareaos y caprichosos.
Yo, que me saqué una de primero con 28 años (si, lo mío es grave) observaba estupefacto como los alumnos le replicaban al profesor cuando mandaba algo para casa: no nos mandes más tareaaa maeeeestro... Si, como lo oyen. El hombre (que era de los denominados ogros por lo difícil que era aprobar Mates con él) miraba estupefacto y decía: si queréis los hacéis y si no no. Y seguía con lo suyo y metiéndose con Bush (su otro hobby).
Y ahora quieren palomitas sueltas con el plan Bolonia, como si esto fuera Holanda o Dinamarca. Un batacazo que se van a llevar de primera.
Y con los sindicatos de estudiantes súper ineficaces que solo quieren vivir su pseudomayo del 68 entre pañuelos palestinos y olor a porro.
Haber sido estudiante universitario 13 años le da a uno una perspectiva buenísima de lo que es la Universidad.

Y la juventud no está preparada para nada. Pero los adultos tampoco. La gente, en general. Y así nos va, Santo Tomás.

Como proclamaban los SY esto va a acabar siendo una "Teenager Riot".
En cien años todos jóvenes.

La del Planeta dijo...

Este tema me suena.

Más de uno y de una debería pensar antes de tener hijos quien los va a educar... ¿los abuelos?, ¿la tele?, ¿la nintendo?... ¿Tienen tiempo para dedicarles o deben pasar el día entero trabajando para pagar hipoteca, coche...?

Oshimatoti dijo...

Me has pillado: como docente el tema me suena, y mientras lo leía, resonaban en mi mente cada palabra como una letanía mil veces oída (es que los profes somos muy endogámicos y masocas, de manera que sabemos hablar de cole y de cole...)
Seguramente, llegados a unas cotas en los respectivos sistemas sociales, la juventud se desvía y cae en barrena la cultura del esfuerzo, el respeto,...

Voto por los ciclos históricos, más que por sempiternos temas.

Sarashina dijo...

Ten en cuenta, oshimatoti, que el texto que encabeza el post es del siglo I d.C., y que el que pronuncia el discurso, que gira en torno a la elocuencia, que sería como el bachiller de entonces o la preparación universitaria, no es precisamente un retórico, que sería el maestro de entonces, sino un ciudadano romano. Lo que asombra es que hay similitudes con el discurso actual de nuestra sociedad, de un imaginario que se va instalando en las mentes, como que la juventud de ahora no tiene preparación ni sabe nada. Yo no sé muy bien si es cierto. ¿Comparados con quién? ¿Con los de mi edad? ¿Con los de la tuya? ¿Con el hombre de Neardenthal? Creo que pasará lo de siempre: una gran masa que responde a las condiciones sociales y unos pocos que destacarán, buenos y malos profesionales, gente excelente y gente para salir del paso. Ya te digo, el debate es complejo y difícil.