Soy una lectora irregular de poesía. Con la novela o el teatro, soy una devoradora y siempre tengo algo que decir, incluso si se trata de un menor o si no ha sido totalmente de mi gusto. Con la poesía me pongo yo muy tonta, que para mí quiere decir, muy melindrosa y remirada. No todo me agrada, no todo me dice algo. Por lo general tengo un libro de poesía rodando por la casa, y de vez en cuando leo algo, un poema o dos. Luego hago mi selección, generalmente caprichosa y estricta.Cuando viajo me gusta llevarme algunos poemas conmigo. Pero como más que por poetas procedo a la selección por poemas, para llevarme mis compañeros entrañables, tendría que acarrear libros y libros, con lo cual la maleta se quedaría sin espacio para lo que se necesita en un viaje. Así que encontré la solución cuando mi hermano el archivero me regaló un bonito y pequeño cuaderno, que yo convertí en mi cuaderno de poesía. En él pego o copio mis poemas del alma. Ahora hace tiempo que no lo reviso, y ya no sé si los poemas que contiene merecen seguir allí, viajar y ver mundo, o tendría que renovarlo con gustos míos más actuales.
Ahora el libro está abierto por la primera página. Es un poema de Kavafis que siempre he apreciado mucho y que tiene una anécdota. No sé en qué ocasión estaba yo con mi hermana Pilar y con un amigo y tampoco recuerdo por qué me llamaron frívola, era algo acerca de un amante de Lord Byron. Entonces yo les dije: "Mirad a ver si los frívolos no sois vosotros al llamarme a mí frívola". Yo entonces no había leído a Kavafis, que era muy joven entonces, así que ese amigo, que era y sigue siendo muy culto, me dijo que esa idea era del tal poeta. Yo le juré que no lo había leído, pero no sé si me creyó. Da igual. Cuando un pensamiento es verdad, se le puede ocurrir a más de una persona.
El poema dice así:
NOBLE BIZANTINO ESCRIBIENDO VERSOS EN EL EXILIO
A los asuntos serios siempre estuve
atento. E insistiré,
nadie conoce mejor que yo
a los Padres de las Escrituras, o los cánones de los Sínodos.
Botoniates en cada una de sus dudas,
en cada dificultad con los problemas eclesiásticos,
me consulta, antes que a nadie.
Mas desterrado aquí (para alegría de la perversa
irene Dukaina), e increíblemente aburrido,
no encuentro extemporáneo distraerme
componiendo algunas estrofas de seis u ocho versos,
que me transporten en su mitología
con Hermes, y Apolo, y Dionisos,
o con los héroes de Tesalia y del Peloponeso;
y componer yambos perfectísimos,
como -permitidme decirlo- los eruditos
de Constantinopla no los escribirían.
Probablemente mi perfección es causa de su censura.
Después de tantos años desde que descubrí a qué poema se refería mi amigo y de quién era, y lo recorté de una fotocopia para pegarlo en mi cuaderno de poesía, a mí me sigue gustando, pese a todos los epígonos culturalistas que la poesía de Kavafis ha generado en nuestro país, con mayor o menor fortuna. Pues sí, sigue gustándome. Me he hecho más sencilla, es verdad, pero tiene algo este poema que me fascina.
Que la gente sabia me ayude a conservarlo o a desterrarlo. Si lo destierro, se aburrirá más todavía el pobre. Si lo conservo, volveré a tener mis conversaciones con él.
19 comentarios:
Si te gustó el poema, si te sigue gustando, pídele que vuelva:
Vuelve a menudo y tómame,
amada sensación, vuelve y tómame -
cuando del cuerpo la memoria se despierta,
y un antiguo deseo vuelve a pasar por la sangre;
cuando los labios y la piel recuerdan
y las manos sienten como que tocan otra vez.
Vuelve a menudo y tómame en la noche,
cuando los labios y la piel recuerdan...
(Constantino Kavafis, "Vuelve", en Poemas Canónicos, 1895-1915)
No soy sabia, por eso mismo me atrevo a dar consejos.
Consérvalo.
Apartar un poema de su casa, de su familia, tiene que ser muy triste para él.
Él es el mismo de siempre, tú no.
¿Sabes lo que le pasa? Que echa de menos su tierra de origen.
Tienes que devolverle lo que es suyo. Lo traduces al griego y lo veulves a poner en el cuaderno.
Yo lo he hecho con algunos en las antologías que me voy fabricando.
Muchos se pegan en la memoria como lapas.
Ernesto, amigo, no sólo es muy posible que no dsstierre éste, sino que quizás añada también el regalo tan precioso que me acabas de hacer en forma de poema de Kavafis, uno que yo no había seleccionado, pero que me ha llegado al alma.
Más quisiera yo, Matapollos, que poder retraducirlo. Podría leerlo, y quizás con esfuerzo, entenderlo, pero no atreverme a volverlo a su patria. Lo que sí puedo hacer es encontrarlo en una antología bilingüe y recuperarlo. Gracias por el consejo, mujer sabia.
Kavafis era un alma deliciosa. Y su poesía es una de las formas que ha elegido la Belleza para justificar el mundo.
Pues si Rubén insiste, voy a tener que dejarlo en el cuaderno. Con otros cuantos más que también tienen lo suyo.
¿Perfección y censura juntos en una misma línea?
Es sorprendente, Clares, pues había pensado copiarte un poema de Cavafis de los que más me gustan, he ido a la biblioteca y he encontrado rápidamente mi edición de Poesía Completa. La he hojeado y he visto los poemas que tenía subrayados y con exclamación. Y he elegido uno, pero cuál no ha sido mi sorpresa al darme cuenta que era exactamente el mismo que te ha regalado Ernesto. Una coincidencia que quiere decir algo. En fin, va otro:
EL DIOS ABANDONA A ANTONIO
Cuando de pronto se oiga, a medianoche
a un invisible tíaso pasar
con músicas fantásticas, con voces
tu suerte que declina, tus hazañas
que no fueron cumplidas, tus proyectos
que fueron todo errores, no los llores para nada.
Como dispuesto de hace tiempo ya, valiente,
dile por fin adiós a Alejandría que se marcha,
y sobre todo no te engañes y no vayas
a decir que fue un sueño, que se confundió tu oído.
No confíes en tales esperanzas vanas.
Como dispuesto de hace tiempo ya, valiente,
como te cuadra a ti, que tal ciudad te mereciste,
quédate inmóvil junto a la ventana
y escucha conmovido, pero no
medroso y suplicante como los cobardes,
como un placer postrero los sonidos,
los raros instrumentos del tíaso sagrado
y di por fin adiós a Alejandría que se marcha.
* Un tiaso es un cortejo báquico.
No lo destierres, los poemas llegan a nosotros y nos fascinan por diferentes motivos, así que si ése en algún momento lo logró, seguro que lo seguirá haciendo más tiempo. Ya t elo dice el propio Kavafis:
"Trata de guardarlas, poeta,
por más que sean pocas aquellas que se detienen.
Las visiones de tu amor.
Ponlas, medio ocultas, entre tus frases.
Trata de retenerlas, poeta,
cuando despierten en tu mente
en la noche o en el fulgor del mediodía"
Clares, varios puntos de interés me suscita tu entrada:
1.- No hay que fustigarse leyendo lo que no nos pide el cuerpo. Aquí, funciona plenamente el axioma del Presidente del club: "Haz lo que quieras".
2.- Entiendo que te decantes por poemas y no por poetas. Los poetas en grandes dosis son empachosos. (¡Mira tú quien vino a hablar! Pero me diferencio de muchos de ellos en que aplico el sentido del humor hasta a la poesía. No existe materia sagrada).
3.- Kavafis es buen poeta, mediterráneo y muy griego él (sobre todo en el sentido clásico). Te diría que conservaras el poema porque lo has guardado mucho tiempo en ese cuaderno y basta con que te deshagas de él para que lo eches en falta. Fíjate que hasta te ha inspirado esta entrada del blog. Merece el indulto.
Besos de una medio poeta.
Ya te lo dije, Isabel, que no hay que fustigarse, sino gustifarse, y la única duda que tenía era si podría conservar este y otros poemas añadiendo los que ahora me llaman la atención, si ya había cumplido su misión, o si merecía la pena guardarlo en tal lugar de honor.
Creo que a la vista de vuestras recomendaciones, que son preciosas todas, no sólo conservaré éste, sino que además añadiré los vuestros, que cada uno tiene su aquel. Muchas gracias a todos. Cuando os las veáis con otros, ya veremos que decís.
Veo que también eres una lectora hedónica, como el porteño ciego, que ”no probaba dos veces fortuna con autor intratable”.
Esos versos de kavafis los dejarás en tu cuaderno, entre otras cosas porque tienen su historia particular.
Te voy a copiar unos versos, no son de Kavafis pero tampoco están mal. Un saludo.
Pétalo a pétalo, memorizó la rosa.
Pensó tanto en la rosa,
la aspiró tantas veces en su
[ensueño,
que cuando vio una rosa
verdadera
le dijo
desdeñoso,
volviéndole la espalda:
-mentirosa.
A. González
Yo, de poesía, cero. Pero tirar, nada. Todo puede volver a servir. Y si además no ocupa lugar, razón de más.
Por otra parte, ese cuaderno tuyo es una pequeña joya. ¡Consérvalo tal cual!
Thorton, también Ángel González me gusta mucho. Es uno de los candidatos actuales a ocupar nuevas páginas del cuaderno. Gracias por el poema, que es diferente por completo, nada que ver con el estilo de Kavafis, y a eso me refiero cuando digo que me he vuelto de gustos más sencillos, menos culturalistas. De todos modos, estoy viendo que corresponden a una etapa de mi vida, a un paso necesario y hermoso, así que no puedo renunciar a él, y, por cierto, aún conserva su fragancia.
Ahora me dispongo a copiar e imprimir todas vuestras aportaciones a mi cuaderno.
Miguel Ángel, podré borrar un poema, taparlo con otro, lo que sea, pero el cuaderno lo conservaré siempre. Tiene ya demasiados afectos pegados a las páginas. Claro que te gusta la poesía, lo que pasa es que no lo sabes, de hecho creo que tienes una visión del mundo tuya propia bastante poética.
…podré borrar un poema, taparlo con otro, lo que sea, pero el cuaderno…, a eso me refería, a que el cuaderno es todo ello, poemas incluidos. Si borras lo pierdes… para siempre. Taparlo permite destaparlo. Incluso puedes hacer el juego de ocultar un poema bajo otro u otros…
No tires nada, puedes volver a necesitarlo.
Y por otra parte, ¡usted sí que sabe… ver!
¡Mujer!, yo creo que todo es poesía, y todo el mundo está envuelto en ella. Pero cuando se trata de leer poemas, yo soy un auténtico “cazo”, con mango y todo.
jajaja, Miguel Ángel, no me hagas reír tanto a estas horas, que acabo de terminar un trabajo y estoy agotada. Eres un sol, amigo.
Muy frívola no se te ve, no. A saber esa Pilar si no va a ser ella la frívola, tenga usted hermanas paesto.
...y la mañana nunca parece el mañana.
Mi Pili y yo somos frívolas de vez en cuando y entonces nos lo pasamos muy bien. A veces, hay que serlo, para que no decaiga. No fue ella sola, que fueron los dos, un amigo y ella, pero fue una frase casi hecha. A ver si te destapas, anónimo comentarista, que me encanta saber quién habla detrás de los comentarios, y más si son jocosos y divertidos como éste. Y misteriosos, que eso de la mañana me ha dejado así como intrigada.
digo que ni una ni otra ¡¡yo soy el frívolo!!
si la mañana nunca parece el mañana, algo habrá ahí de dulce monotonía...
Publicar un comentario